Presentaciones en La Paz: 27 – 28 – 29 de septiembre a las 8:00 Pm en el Teatro de Cámara.
El maestro Bizot que fue declarado en el 2003 Maestro Internacional de la Pantomima, en el Festival Mundial de Teatro de Chile, llega a Bolivia para iniciar la gira mundial " 40 Years of Silence".
Desde esa primera vez en que le pintaron la cara, cuando estaba pequeño, nunca se ha cambiado la máscara. "Es la más pura. No hay casi nada".
Philippe Bizot tenía ocho años cuando la pantomima entró a su vida. Fue en una presentación de Marcel Marceau. Nunca más se ha despegado de este arte. "Todo mi cuerpo es una pantomima. Todo es silencio en mi vida".
En ese señor de cara pintada, el pequeño encontró las ganas. Le impactó ver a Bip allá solo en el escenario, dando un mensaje sin necesidad de hablar. "Su gestualidad era excelente y y yo sentía el peso, el color, el perfume de las cosas que él representaba".
El mimo francés se pinta así mismo. Con su cara blanca, la gente se reconoce cuando está frente a él, en el escenario. Él diría que es casi como un espejo en el que se pueden ver. Y entonces sienten eso que él está diciendo.
Nadie le enseñó su arte. "Soy completamente autodidacta". Le aburren las palabras y el silencio es un arma fundamental en su vida. Un momento de imaginación.
Y no es un sólo silencio del que habla, sino de montones de silencios y matices diferentes. Para acompañar la falta de sonido, escribe y pinta mucho.
En silencio, por supuesto, será su presentación de hoy en el auditorio Fundadores de la Universidad Eafit. Silencio por parte de él, porque a quienes asistan, les espera un espectáculo interactivo.
Cuando sean las 4:00 p.m., exactas, el artista estará en las tablas con su obra 30 años de silencio. Todo un paseo a lo largo de su vida artística, por esas rutinas que más le han gustado. Es un recorrido por su memoria que, explica, se trata de una colectiva que incluye a esos que en algún lugar del mundo lo han visto. Eso lo hace feliz.
También es una manera de mostrar diferentes escrituras, técnicas y ambientes de su trabajo. Ese mimo que él ha construido a lo largo del tiempo, porque "es un lujo ser el mimo Bizot".
La máscara blanca
Philippe no ensaya. Dice que se conoce tanto que no es necesario. Practica cuando está en su cama o va en el avión, rumbo a otro lugar donde lo esperan niños y grandes. Y no es raro. Contundente, señala que ese es su lenguaje. Y por eso le sale tan bien. Cuenta él que por estos tiempos es considerado el mejor mimo del mundo.
Así, entonces, sin ensayar, estará en Eafit. Su presentación, organizada con el apoyo de la Alianza Francesa de Medellín, la Embajada de Francia y la Universidad, tiene mucha poesía, ternura, nostalgia y color.
La gente, al final, puede proponerle temas para improvisar. Por eso si bien hay hora para empezar, la de terminar no está tan clara. Si se aburre a los cinco minutos, pues se va. Se ríe. Eso depende del público.
En Francia, recuerda, la gente va a verlo con cuadernos, donde anotaron los temas que le van a proponer.
En Colombia, en esta primera visita, donde ya pasó por Barranquilla, Valledupar y Cartagena, le han dado ideas sobre política, ladrones, taxistas, toreros. "No me siento en Suramérica sino me dicen futbolista", expresa en español afrancesado.
El mimo ha viajado tanto, que ya llegó al sexto continente, en palabras de él: el de los ciegos, los sordos, los autistas. Enseñarles su arte le emociona, porque es una forma de lograr que se expresen.
Con su cara blanca, Philippe habla. Así, en ese silencio que le gusta tanto, que es lo único que le gusta. La crítica más linda que ha recibido durante sus años de carrera, hecha por un escritor francés, es que Bizot nunca ha hecho de mimo: Bizot siempre ha hecho de Bizot.
(Mónica Quintero Restrepo, Medellín)