el estreno del catálogo de la Exposicíon- Bienal de Arte Contemporáneo CONTEXTOS 2011 se realizó este Miercoles 7 de Diciembre a las 19:00 horas, en el Palacio Portales de Cochabamba. Visite las imágenes de la muestra
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Textos de la Primera Bienal Contexto
En los últimos 15 años, en especial por la caída del mercado comercial del arte a finales de los 90s, y por la desordenada llegada de la información de la producción de la cultura internacional, se produjeron una serie de fenómenos que si bien no han sido dirigidos por una ideología, sino mas bien por los esfuerzos independientes de distintos grupos de artistas/activistas, han impulsado una dinámica de arte no tradicional que apreciando una exposición como CONTEXTOS parece ser hoy por hoy imparable.
La curaduría de la exposición contextos surge de muchas conversaciones con Ramiro Garavito y sobre la idea en común, de la necesidad de un arte contextual dentro del panorama creativo del arte contemporáneo Boliviano. Nuestro plan en si, era el de invitar a un grupo de artistas locales, y de generar una plataforma (de alguna forma provocarlos) para que trabajen en relación al entorno en el que viven (entendiendo por esto cualquier cosa que uno puede vivir o estar viviendo) y después sacar conclusiones acerca de si el arte boliviano puede o no reaccionar sobre el contexto (lo que sea que se entienda por este).
Pese a que probablemente la rana se salio del frasco y el experimento no salio como lo tenia planeado (en este caso, el rol del curador no fue el de un manejador/controlador de artistas, ni el de un rígido operario de exposiciones de arte en busca de la justificación de un discurso, sino el de un aglutinador de recursos intelectuales) conseguimos la hazaña principal, que era la de agrupar en el espacio principal del Centro Simon I. Patiño, a 20 de los creadores más valiosos del país, no solo por su trayectoria/ reconocimiento, sino también por su capacidad creativa y valentía para romper las reglas sobre lo establecido y de generar una muestra que pese a su eclecticismo, permite desentrañar conclusiones acerca del contexto boliviano del arte y su relación con la sociedad, la economía y la política, y también acerca de las inflexiones del arte Boliviano sobre las estéticas contemporáneas.
Como conclusión, se pudo apreciar que en contextos como en lo que ofrecen casi todas las exposiciones de este país, el arte boliviano en su mayoría no pretende una inflexión contextual de primer impacto ósea que no reacciona sobre fenómenos sociales, ni condiciones coyunturales a la mano, y es al contrario introspectivo y de carácter ontológico, esta en su mayoría generado y dirigido en base a reflexiones sobre el ser, el cuerpo humano, la sexualidad, los impulsos primarios y la subjetividad del pensamiento; probablemente esta enajenación del artista frente a fenómenos sociales es causado por la alternatividad a la que esta expuesto y que genera su obra prácticamente en un estado de marginalidad total, tanto social, como económica, pero claro siempre se puede especular mucho sobre el tema.
Rodrigo Rada
Vivimos en el país un tiempo particularmente singular, marcado por un conjunto de circunstancias inéditas no solamente internas sino también externas; y no tiene ningún sentido preguntarse qué circunstancias derivan de cuáles en un momento en el que la interdependencia, la interacción y la multirreferencialidad se han convertido en paradigmas que parecen definir nuestro tiempo: las viejas dicotomías maniqueístas que aspiraban a interpretar el mundo a partir de la causalidad lineal, o la disección, la separación, la exclusión, para encontrar lo “simple”, lo “claro” o lo “puro”, van quedando superadas por otros principios como el de la complejidad, la incertidumbre y la integración. Esto no se refiere solo al hecho físico sino también al acontecimiento social.
No es que estemos viviendo un nuevo país o un nuevo mundo, es algo cognitivamente mas interesante que eso, es como un cambio radical de época, un estado nuevo de cosas y circunstancias puestas al descubierto por nuestras propias acciones y conocimientos; de algún modo ya estaban ahí desde antes, solo que recién ahora las vemos y sentimos, y nuestro malestar viene de la inadecuación cada vez mas profunda y dramática entre los principios de nuestro conocimiento, de nuestras verdades y lo que esta ahí como realidad, cada vez mas multidimensional y aleatoria.
Tenemos en la cabeza un mundo que no es el que estamos viviendo; nuestras ilustradas herramientas epistemológicas se muestran inútiles para interpretar o significar pertinentemente esa “nueva” e incómoda realidad emergente, por lo que somos incapaces de vivirla felizmente o por lo menos receptivamente sorprendidos: padecemos de imperfección cognitiva frente al presente y no encontramos mejor manera que ignorarlo u oponernos a él y refugiarnos en la cálida seguridad de nuestras conocidas certezas. Sucede lo mismo frente al reciente mundo descubierto por la física cuántica: preferimos seguir viviendo en la ilusión y seguridad de nuestras antiguas certidumbres lógicas, que asumir la evidencia de los fundamentos fantásticos e ilógicos que sustentan el “nuevo” universo en el que vivimos, según el cual por cierto, estamos construyendo inevitablemente la realidad por el modo como la percibimos.
Esa inadecuación de nuestro conocimiento frente a la emergencia del presente exige nuevos acercamientos interpretativos, nuevos instrumentos cognitivos, porque el conocimiento del mundo, de nuestro mundo inmediato, se ha vuelto una necesidad, no solo intelectual, sino también vital. Pero probablemente no sea el discurso lógico discursivo el instrumento mas adecuado, ya el filósofo contemporáneo Wittgenstein había puesto en evidencia la inutilidad de la lógica para comprender los hechos significativos del mundo, reduciéndola al ámbito convencional de juegos cerrados como el de las matemáticas, afirmando además, que todos los problemas planteados por la filosofía clásica desde Grecia, no eran sino problemas de carácter gramatical.
Uno de esos nuevos instrumentos que nos ayuda a dar cuenta del mundo que vivimos es precisamente el contexto, en la medida en que se ha hecho cognitivamente insuficiente aprehender los hechos o los acontecimientos aislados; es una necesidad vital situar esos acontecimientos en su contexto, en su lugar de origen, para que adquieran un sentido pertinente en nuestras vidas, por eso, Claude Bastien, otro filósofo contemporáneo, afirma que “la evolución cognitiva no se dirige hacia la elaboración de conocimientos mas abstractos, sino por el contrario, hacia su contextualización”, pues es ésta el elemento que determina los límites de su validez y pertinencia.
En este sentido el arte contemporáneo, mas ideológicamente contemporáneo que cronológico, utiliza el contexto para interpretar el presente; está en su naturaleza acercarse de ese modo a la realidad, en efecto, su contemporaneidad le viene de asumir el presente del aquí y el ahora, sobre la base del contexto en tanto requisito interpretativo de una realidad condicionada por los intereses plurales de sus culturas de origen y recepción.
En otro tiempo y otros lugares, el arte llamado clásico, tenía el objetivo esencial de representar su entorno, es decir, la naturaleza física, reproduciéndola con la máxima fidelidad y belleza posible, remarcando la universalidad de ésta como un logro cognitivo de objetividad. Pero después de una larga historia –“historia” en un sentido hegeliano- y de muchas reflexiones, el arte ya no pretende mas representar ni la naturaleza ni la belleza, tampoco supone que haya algo universal, porque el mundo con el que se relaciona es aquél que se refiere directamente a la vida concreta, -herencia dadaísta- en tanto conjunto de circunstancias en el que tiene lugar la actividad artística; y si pensamos que ese conjunto de circunstancias, son circunstancias sociales, políticas, entonces la obra de arte se convierte en un producto cultural.
Pero además, este mundo ha perdido la necesidad de ser representable, pues este propósito de reiteración y reafirmación de lo existente a devenido ingenuo y trivial; este mundo para el arte actual, solo puede ser interpretable, significable, construible, manipulable, extensible, probable, reimaginable, etc; por eso la obra de arte adquiere un sentido cognitivo.
2.
“Contextos” es una exposición surgida de la necesidad de pensar el lugar concreto en el que vivimos y las circunstancias que lo han hecho posible; quisimos invitar en esa reflexión a un conjunto restringido de artistas, elegidos entre la consabida arbitrariedad curatorial –por ejemplo, incluirnos a nosotros mismos- y la exigencia de contar con individualidades cualitativamente representativas del arte contemporáneo boliviano.
Sabíamos que para muchos artistas la invitación a pensar desde el contexto era innecesaria ya que habitualmente sus trabajos tienen esa característica, sin embargo creímos que era necesario privilegiarlo como estrategia de comprensión y resignificación de esta nueva realidad, es decir, remarcarlo como punto de partida fundamental, justo antes de la pasteurización que padecen las obras de carácter local, cuando se exponen en las bienales o en las vitrinas globales, dominadas generalmente por determinados criterios estéticos internacionales y retóricas tecno-publicitarias que privilegian la experiencia sensorial de la percepción estética y el efecto del espectáculo, convirtiendo la densidad poética de la obra y su incómodo hermetismo erizado en un brillante producto light o peor aún en un funcional signo-mercancía. Probablemente el mayor riesgo que existe para la supervivencia del arte, como espacio de resignificación de la realidad, sea la omnipresencia de la razón neoliberal.
Pero confiamos aún en aquél arte contemporáneo histórico que ha superado la obsesión modernista de centrarse en la forma autorrefrencial, en el lenguaje y su lógica interna, para aspirar al signo y sus efectos sociales, al texto y su confrontación contextual, al concepto y su espesor resignificador en la realidad, porque de esto se trata precisamente. Cuando Hal Foster habla del retorno de lo real en el arte, se refiere a la capacidad del artista actual para verificar la realidad, para encarnizarse en ella y revelar su costado inédito y sus posibilidades de ser reinterpretada, lo cual enfrenta al arte a la realidad vigente, cada vez mas virtual, cada vez mas manipulada y mediática. De hecho, el creciente y arbitrario poder de los medios, cada vez más alejados de la información de los hechos y del deseo de objetividad, ha construido en gran parte de las sociedades “informadas” la representación de una realidad desde el interés particular del beneficio económico o político, haciendo que la libertad de expresión se manifieste como libertad de empresa.
¿Dónde esta entonces la realidad? O mas precisamente, si la realidad es un modo de percepción, una representación construida desde el interés y el deseo, ¿Cómo accedemos a un conocimiento distinto de eso que tenemos al frente, cuando sabemos que “nuestros” deseos o “nuestro” modo de acercarnos a eso es una construcción del pasado? Los artistas desde principios de siglo, saben que este no es un problema ontológico, sino de percepción, y que su discurso es un pre-decir de sentido metafórico-poético, capaz de eludir no solo la tentación del estereotipo y la obviedad, sino también los condicionamientos epistemológicos del orden del discurso –diría el filósofo Foucault-.
3.
En el medio internacional se dice a menudo que lo que caracteriza al arte contemporáneo latinoamericano, frente al arte euronorteamericano, es su sentido político mas o menos inscrito en una noción de contexto local, que busca interpelar los diversos poderes y discursos hegemónicos establecidos. Pero probablemente esto tenga que ver mas con la valoración de una diferencia conveniente para mostrar que el arte latinoamericano tiene una personalidad, de modo que los artistas latinoamericanos, cuyas obras no tienen ese rasgo político, estarían indiferenciados dentro del arte internacional, aunque sea evidente que muchas de esas obras enuncian su localidad.
“Contextos”, la exposición, nos muestra que es posible establecer una noción de contexto plural y diversa, aun cuando ésta no siempre se refiera a los asuntos públicos –es decir, a la política en un sentido mas preciso-, sino también a ciertos ámbitos de la experiencia personal, lo que supone otras formas de contestación y critica que en última instancia no dejan de contribuir a movilizar significados culturales y sociales; es el caso de la obra de Roberto Valcárcel, Alejandra Delgado, Alejandra Dorado, Ligia D`Andrea, , Erika Ewel, Jose Ballivian y de modo mas mediado, pero no menos efectivo, la obra de Angelika Heckl; en cambio, las obras de Raquel Schwartz, Roberto Unterladstaetter, Cecilia Lampo, Anuar Elias, Rodrigo Rada, Alejandra Alarcón, Blue Box, Claudia Joskowicks, Ramiro Garavito, Gastón Ugalde y Rodrigo Bellot, enuncian con claridad la región o el país en el que viven, desde donde remueven el horizonte plano y las lecturas univocas de lo real, o cuestionan la función estabilizadora de los estereotipos y las significaciones colectivas. Sin duda, un caso aparte es el de la obra conjunta de Narda Alvarado-Joaquín Sánchez, cuyas obras anteriores son nítidamente contextuales, sin embargo en esta ocasión la propuesta nos traslada a un exótico no-lugar desde donde se nos propone extender las posibilidades de lo real.
No pretendemos ahora hacer un análisis valorativo de las obras expuestas, ni siquiera medir el grado de su incidencia en el concepto propuesto por la curaduría. Nos interesa mas haber logrado convocar a esa irreductible vocación del arte para generar percepciones distintas e imaginarios vitales que pudieran mencionar de un otro lado la singularidad de este tiempo y este lugar, no para encontrar soluciones o respuestas, sino para interrogar y mostrar ciertos costados de la realidad emergente que nos permitan encontrar la manera de apropiarnos de ella sin suprimir su complejidad, su incertidumbre y la incomodidad de los cambios fundamentales que hoy la constituyen.
Al ver la muestra “Contextos”, después de todo, nos damos cuenta que el arte no ha renunciado a su obstinación por conservar su mirada crítica para cuestionar la inercia de las certezas pactadas y desordenar los equilibrios convencionales.
Ramiro Garavito
Co-curador
ARTISTAS INVITADOS a Contextos 2011
1. Andres Bedoya
2. José Ballivian
3. Sandra De Berduccy
4. Blue Box
5. Galo Coca
6. Santiago Contreras
7. Ligia De Andrea
8. Alejandra Delgado
9. Alejandra Dorado
10. Erika Ewel
11. Angelika Heckl
12. Cecilia Lampo
13. Sol Mateo
14. Guiomar Mesa
15. Ars Pirata (Anuar Elias, Jessica Freudenthal)
16. Alfredo Roman
17. Raquel Schwartz
18. Gastón Ugalde
19. Roberto Unterladstaetter
20. Roberto Valcarcel
21. Salvador Vargas Rico 22. Glenda Zapata