Cuando la producción artística del siglo XX hasta hoy suele caracterizarse por el uso diversamente creciente de materiales y lenguajes artísticos, el problema de saber qué lenguajes y materiales utilizar, tiende a resolverse para muchos artistas cediendo a la tentación de elegir las nuevas tecnologías, no solo porque están de moda sino porque ellas aseguran una pertinencia contemporánea. Frente a ello José Ballivián nos dice en la puesta en escena de Por mi ego a un minuto de ti, que la cuestión principal no es tanto decidir si hay que adaptarse a las nuevas tecnologías o si, por el contrario hay que continuar haciendo usos de los medios tradicionales, sino que el problema fundamental consiste en saber qué materiales y lenguajes usar en relación al concepto o discurso que se quiere proponer en cada obra. No muchos artistas son concientes de esto. José Ballivián nos muestra lucidamente con esta muestra que la elección de la instalación o del video como medios artísticos en otras exposiciones, no era una cuestión de estilo o tendencia, sino un requisito que atiende orgánicamente a las necesidades formales de sus propuestas conceptuales. De hecho, en Por mi ego a un minuto de ti, vemos lenguajes tradicionales como el dibujo y la escultura, reinterpretados coherentemente para nombrar contenidos nuevos.
En el arte contemporáneo suele haber un cierto desdén hacia el dibujo porque éste tradicionalmente ha sido considerado como un arte menor, debido a su servidumbre alrededor de la pintura e incluso de la escultura, sin embargo, desde el punto de vista de la posibilidad de su autonomía expresiva, el dibujo es el medio que se conecta mas rápida y efectivamente con la intimidad, pues en él es posible descubrir las primeras impresiones, el primer trazo emocional, la primera reflexión convertida en línea. En este sentido los 14 dibujos presentados en esta exposición constituyen una muestra de la capacidad resignificadora del dibujo alrededor de un discurso que plantea una reflexión intima acerca del ser humano, donde la línea crea convenientemente aperturas, intersecciones, vínculos y conexiones que se conectan con esa reflexión.
Por mi ego a un minuto de ti es una reflexión, desde el carácter fronterizo de los lenguajes del arte contemporáneo, acerca de las prótesis y los artilugios inútiles que subyacen en nuestras más caras ilusiones sobre la posibilidad de comunicarnos esencialmente, de encontrar un punto de apoyo sustancial, es decir de algo que en última instancia signifique la esencia del ser humano. El tiempo y el espacio son nociones cifradas por nuestros temores y deseos banales, y por lo mismo son ilusiones fallidas incapaces de sustentar el peso ontológico de la sustancia que pretendemos en nuestras acciones.