El miércoles 9 de Diciembre, en el Espacio Cultural de la Embajada del Brasil, se llevó a cabo la inauguración de la exposición Tramas y Enredos de la artista brasilera Lízy Mahlmann Bítellí y Trazos Abstractos del creador boliviano Telmo Abel Román Grozz., ambas exibiciones estarán presentes hasta el 18 de Diciembre.
Mahlmann trabaja con los colores, las texturas, el peso o la tensión de hilos que se encuentran, se anudan y se separan, con el desorden y la maraña. Materiales y objetos reciclados que participan de los ámbitos brasileros y bolivianos. Armados en marcos de madera, viajando de un extreo a otro, casi lúdicas cajas verticales que guardan o atesoran piezas familiares y extrañas narrando o intuyendo sus posibles historias: “Utilizo tejidos, objetos, en obras que no son ni cuadros ni esculturas, esculturas de pared, elementos naturales y cosas personales. Están las cintas de Nuestra Señora de Aparecidos y las Cintas de Bonfím. La temática dominante Tramas y Enredos se refieren a los hilos y la vida que es una trama y enredo. Tienen escritos en portugués como inquietud, engaño. Hace años que trabajo con material reciclado, hilos, sombras, dimensiones, las cosas colgadas, también con las interferencias del momento, complementando huellas en uno. Toda la lana es de llama, oveja y alpaca de Bolivia, tejido artesanal y teñido no industrial”
El artista que anteriormente realizó, con un trasfondo social, las Observaciones Torcidas en La Academia de Bellas Artes, trabaja el abstracto figurativo, el abstracto expresionista, o en sus términos “un figurativo un poco cómico “, manteniendo un estilo técnico y manejando el oleo, el acrílico, la tinta y el grabado.
Sobre Trazos Abstractos Telmo Abel Román refirió haber optado por una ironía que sin llegar a ser sarcasmo se hace la burla de forma constructiva: “Puedo hablar sobre el contenido que es lo que me interesa, los cuadros pequeños son del Moko Berde donde sin ser ideológico quiero expresar que el arte es totalmente libre, los oleos son una continuación donde he podido reventarme en lo que me ha parecido pertinente en ese momento. El cuadro A las Siete Treinta tiene una interpretación simple. En todas las obras que hago, ya sea figurativas abstractas o simplemente surrealistas, lo que pretendo es dar el libre albedrío al que ve. En este caso 7 y 30 Am no dice nada pero para mí los cuadrados pequeños están en el cerebro, las líneas negras son las pestañas y la parte baja son los bellos de la barba. Entonces, cuando uno se levanta a las 7 de la mañana lo primero que ve son los televisores y en ellos hay una infinidad de manchas de color en blanco y negro, con la aplicación del rojo como la violencia. Lo que pretendo hacer en la interpretación es no quedarme con una forma sino ir más allá. Pero no siempre uno tiene éxito en eso. Mientras que el mundo exterior es difuso lo primero que ves es la violencia, son las malas noticias. No trato de inducir de forma directa premeditada a que el espectador pueda tener un criterio similar al mio. En este caso, en algunos casos el trabajo es concreto, el titulo refleja muy bien el contenido”.