Estar en un Terreno Inestable es algo Propicio para Crear

0

Proyecto mARTadero: Quisiéramos hablar un poco de tu obra y preguntarte: ¿cómo empezaste a crear?

Sandra de Berduccy: Cuando me preguntan, siempre digo: como todo el mundo, desde pequeña, pintando en el reverso de las hojas, la única diferencia es que yo no he dejado de pintar. No paré gracias a que vivía a una cuadra del BiblioVagón, en el parque cuando funcionaba como biblioteca infantil de Patiño. Iba todos los días y siempre agradezco porque ha sido realmente un espacio donde he aprendido a tener necesidad del arte. Mi primera exposición fue a los doce años, una exposición de collage y puntillismo, justamente en el espacio Patiño.  Ahora no estoy orgullosa de esos trabajos, pero sí era una experiencia, y de repente, a partir de entonces empecé a hacer muchas exposiciones: colectivas, individuales. Es una cosa que nunca dejé de hacer.

PM: ¿Puedes identificar los puntos clave en tu historia, que han sido trascendentales para que tú continúes, además de esa primera exposición?

SB: Yo creo que si hay puntos cruciales, pero están diluidos dentro de un proceso. Por ejemplo, empecé haciendo cosas bien manuales, de ahí me pase al tejido, empecé a investigar sobre técnicas textiles tradicionales andinas y en mi búsqueda de ampliar eso me fui a Guatemala, pero en lugar de dedicarme especialmente al tejido, me dedique a los tintes naturales. Después, empecé a entrar en las cuestiones más performáticas y también relacionadas al audiovisual, al video, a la búsqueda de espacio. Muchos se quedan tranquilos con los títulos, que están en un marco y se quedan ahí. En mi caso no se puede decir eso, porque no es mi búsqueda quedarme en un solo marco, me aburro rápido. Por ejemplo ahora, en la residencia de Colombia, quiero investigar sobre software interactivos. De alguna forma eso se relaciona con mi trabajo de tejedora, pero no es que sea una tejedora.

PM: ¿Y porque el interés en el software ahora?

SB: Justamente porque estoy trabajando con varios colectivos. Uno de ellos es bastante nuevo, se llama Horse Latitude, otro es PETRA, y bueno, Berdebértigo que es el colectivo que funciona desde el 2004 junto con Bernardo Russo. Trabajamos mucho con obras audiovisuales, entonces ahora estoy como nunca, yendo a ensayos como si fuera músico. Es como un tipo de experiencia que nunca había tenido, una experiencia colectiva en el sentido de un trabajo grupal como lo hace una banda de música. Yo siempre he trabajado sola, o en ciertas cosas colectivas, pero el trabajo siempre era cerrado. En este caso no. En este caso es abierto, se abre mucho en interacción. Yo influyo en la música y la música influye en mis imágenes.

Trabajo ya con software de video al vivo, pero de repente surge la necesidad de perfeccionar eso, de hacer no solo un show, sino realmente una instalación audiovisual que puedas interferir y que el público también pueda interferir, abrir muchísimo más la obra a la gente. Descubrir que puedes abrir tu obra a muchas interpretaciones y ya lo que dice el artista no es la única verdad.

PM: ¿Y todo el tema de los tejidos, de tejer, como ha sido tu acercamiento?

SB: Ha sido cuando estaba en la Universidad de Arte. Siempre terminaba frustrada porque el requerimiento de esa academia es que tú seas un pintor renacentista, algo cubista o con un dejo de expresionista. La verdad sufrí bastante, porque me di cuenta que yo no era muy buena pintora, de alguna forma siempre he sido tejedora porque mi abuela me enseñaba las técnicas de tejido normales. Aprendí las técnicas de textiles tradicionales justo en el campo, en Capinota especialmente, con una familia de campesinos y ahí empezó un proceso que no termina hasta ahora. Yo tengo la práctica de hilar y tejer, pero ya no uso la lana, sino cintas de cassette conectadas a grabadoras encendidas lo que produce un sonido similar al scratch del DJ. Es decir, estamos con una investigación sobre tecnologías consideradas obsoletas.

PM: Ese tu acercamiento al tema de hilar, de los hilos, ¿lo tomarías como parte de tu identidad como boliviana o como un proceso artístico que no tiene mucha relación con la identidad?

SB: Esa cuestión de la identidad es muy interesante sobre todo porque estamos en un país que sí reivindica mucho la identidad. En mi caso yo creo que hay que reivindicar la diferencia, porque la identidad no es fija, la identidad no es una cosa que se pueda diferenciar, es un proceso que va recibiendo muchas influencias. Yo pienso que las identidades son variables y eso es algo que los bolivianos debemos descubrir. No creo que solo sea una identidad boliviana, yo creo que en cualquier lugar se teje. Es parte de la humanidad tejer, no es solo boliviana.

PM: ¿Podrías contarme un poco más de tú proyecto en el que piensas trabajar en Medellín?

SB: Justamente era sobre la investigación de dos software, uno que se llama “Procesing” y otro que se llama “Isadora”. Estos dos programas, puedes tener el uso de múltiples pantallas, pero además haces de programador, te vuelves programador de un programa. Porque lo que generalmente se hace por ejemplo: tú tienes una cámara fotográfica, ya no necesitas ni medir la intensidad, no necesitas nada. Solo apretas el botón, esperar a que este el foco y ya tienes la foto. El fotógrafo busca revertir esa funcionalidad que tiene el aparato, esa tendría que ser la búsqueda del fotógrafo. Y de la misma forma el artista se aproxima a la tecnología. No puedes llegar a ser artista con algo que está prediseñado. La función del artista seria revertir esa programación de los aparatos. Si tú aprendes a programar, te libras de los programas que vienen prefabricados.

PM: Unas preguntas más sobre la creación en Bolivia. ¿Por qué dirías tú que es importante fomentar el arte contemporáneo en Bolivia?

SB: Primero, yo he vivido parte de esa polémica en que dicen: lo contemporáneo es de extranjeros, son elites pseudo-intelectuales. Ese es un pensamiento muy retro, la verdad, el arte contemporáneo es una cosa que viene con los tiempos, es una búsqueda de ahora, no hay nada que hacer. La mínima función del arte tiene que responder algunas preguntas o crear preguntas, y que esas preguntas ayuden a mover algo. La maravilla del arte contemporáneo es que ya no necesita de lugares consagrados, ya no necesitas de un cubo blanco. Puedes hacer cosas increíbles en el cerro. El rollo de que falta espacio ya no puede ser ninguna excusa.

PM: ¿Qué opinión te merecen los programas de intercambio, de residencias?

SB: Para mí, es una característica de cómo se está moviendo el arte ahora. La posibilidad de conocer a otra gente a través de tu trabajo de arte, y de cuestionar tu terreno. Porque tú eres un artista que por lo menos tiene algún tipo de contacto, algún recorrido, pero cuando llegas a otro lugar eres una equis. Eso te pone en un terreno inestable, y creo que estar en un terreno inestable es algo propicio para crear. Esos intercambios siempre van a ser muy buenos.

PM: ¿Notas una diferencia entre la escena boliviana en relación a otros países, tú que has estado en otros lugares? ¿Alguna ventaja comparativa?

SB: Es interesante. En Bolivia somos tan poquitos que si tú tienes las cosas, si tú planteas bien las cosas, si tienes las cosas claras, es más fácil todavía. En cambio en otros lugares, tú vas y son tantas personas, tantos artistas; tú llegas y no eres nadie. Ahí es un trabajo muchísimo más complicado. Ahí hay mucha competencia. Incluso competencia que creo no hay aquí. Para tener una exposición individual en otro país, es una locura. Aquí, tú presentas tu proyectito, tardan un poquito, pero te dan el espacio. Tú puedes tener exposiciones individuales.

PM: Gracias Sandra, lo último. ¿Qué simboliza para ti un espacio como el Martadero?

SB: El Martadero es un espacio loquísimo que a mí me encanta, porque además su ubicación es un reto. Para empezar mARTadero y el lugar donde está, en medio de Cochabamba, también forman un reto para quebrar la cabeza de quienes piensan que la cultura y las cosas están solamente alrededor de la plaza principal. Cuando me preguntan de alguna cosa interesante que pasa en Cochabamba yo siempre hablo del Martadero. Porque para mí es realmente algo muy interesante, cada vez más interesante. Por eso yo apoyo incondicionalmente todo lo se está haciendo en el Martadero. Y me gustaría en el futuro tener más relación.
 
 

2 de febrero de 2011 – Por proyecto mARTadero. Esta entrevista puede ser difundida y reproducida libremente bajo una licencia Creative Commons BY SA.

Compartir.

Acerca del autor

Responder

X