Matías Langhoff en Bolivia

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El  reconocido director alemán Matías Langhoff  sucitó espectativa en un encuentro realizado recientemente en la Alianza Francesa.  Langhoff   llegó a fines de agosto a La Paz después de haber  trabajado en talleres con alumnos de la Escuela Nacional de Teatro en Santa Cruz con una adaptación  del mito de Medea de Heiner Muller. El  director teatral  fue alumno de Brecht  en el Berline Ensemble. Brevemente damos a conocer algunas sugestiones que llamaron la atención sobre  la estética y la ética de su hacer teatral.

Matías  que aprendió de  Bertold Brecht que  la duda “es la cosa más importante en la vida”, compartió con nosotros la necesidad  de viajar y conocer el sentir de otras personas en  diferentes culturas para renovarse, para transmitir  su experiencia y  demostrar que la cultura europea no es ni la mejor, ni la única.

El director dijo que realmente no se encuentra a favor de sistemas estáticos o normas para el teatro que evoluciona y cambia cada día: “En cada espectáculo aprendía a empezar de nuevo y  cuestionar  las ideas y la experiencia adquirida”. Indicó cuan productivo resulta vivir la relación completa con las resistencias que el público puede tener y hasta donde llegan: “No es bueno ser un servidor del público, hacer lo que  el público quiere que hagamos”. Nos encontramos ante un arte de confrontación y descubrimiento constantes. Paradójicamente Langhoff  asume el proceso de la obra teatral con el mínimo de toma de poder, y un trabajo de lectura e interpretación permanente: “Nos confrontados con un texto para llegar a algo, no debemos ser demasiado rápidos para entenderlo , evitando cualquier prejuicio que cuarte el descubrimiento creativo del texto".

De la misma forma  se expresa el secreto del actor. Matías entiende al actor como ese ser que tiene una reacción y una relación íntima con el personaje: “Él  es un personaje que va hacia otro personaje, el actor necesita de su secreto”.  Por esta razón  “el director debe escuchar lo que dice el actor, el   director acompaña al actor para que diga lo que quiere decir, no en conformidad con lo que se buscaba". Este es uno de los momentos mas productivos del proceso y  de la puesta en escena. La seducción del director consiste  entonces en hacer   volver al actor de sus sucesivos desvíos  al sentido de la obra, no de forma impuesta sino a través de proposiciones o recordando por ejemplo momentos  de su vida personal,  anécdotas que provoquen  algo en él.   El actor debe seguir su propio camino de descubrimiento con  las indicaciones del director.
     
En cuanto a la selección de sus obras el director alemán comienza con un conocimiento vasto de la literatura y  dramaturgia, y no la última moda: “Cada director se arma su biblioteca de la cual no se pondrá en escena ni el diez por ciento”.  En lo conserniente  al estilo, a Matías L. que también es escenógrafo,  le interesa lo periférico en la puesta en escena, donde el movimiento teatral  es un espectáculo centrífugo  en que todo lo que existe se va al borde y el centro siempre esta vacio.

Para Langhof el  teatro ciertamente es un lugar político porque es un lugar de encuentro y confrontación. En el teatro se encuentra la propia historia, la identidad, que se traduce en la vida cotidiana,  que es  acción política, donde  decir algo debe provocar pensamientos, ideas, disputas, e incluso peleas que  instalan una reflexión con el público: “El mundo  es un lugar de violencia y es imposible no hablar de eso, de lo que hace daño”. Asimismo, aunque el director prefirió no abordar  directamente el tema de las  convulsiones sociales por las que atraviesa Bolivia, señaló  brevemente  que la tradición del colonialismo  ha instalado un capitalismo arcaico y brutal y también un racismo que se desata desastrosamente.

Actualmente sentimos alguna sonoridad, repercusiones del encuentro. En el espectro de las  nuevas representaciones en La Paz, el grupo Liberavi  por ejemplo, pondrá en escena El amor de Fedra, y sugiere traernos una propuesta que explora la confrontación y la violencia en la obra, reconectandola con el entorno y la crisis que vive el país. Esperemos que el resultado de la obra sea satisfactorio y anticipe junto a  la iniciativa de otros grupos, un teatro boliviano diferente, menos apresurado, más reflexivo y depurado. El arte que no tiene otra obligación que no sea su propia naturaleza, no puede permanecer ajeno a la confrontación de lo profundamente humano, de la historia y la atemporalidad de la que nace. Este es el momento de retomar o montar nuevas obras aptas par narrar las transformaciones sociales que nos circundan, y no alejarnos como arte autista de las necesidades profundas de nuestra sociedad.

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Acerca del autor

Escritora y periodista cultural. Licenciada en Literatura. Ha publicado el poemario “Fragmentos en el Aire” Ed. Gente Común. Relatos en las compilaciones “Algo por el Estilo” (Marcelo Villena, UMSA), “Memoria de lo que vendrá”,(Juan González, Nuevo Milenio), en “Más de cien escritores bolivianos” (Roberto Agreda Maldonado Ed. Kipus), en la Antología Primer Festival Internacional de Poesía José María Heredia, Toluca 2017 y la Antología XXII Enero en la Palabra. En medios como Los Tiempos, La Razón, El Diario, Opinión, Revista “Tu mundo”, Revista Municipal de Culturas “khana”, Revista de poesía “Alforja” y Cuadernos de Literatura “Pensamiento Decolonial y Literatura”. Como crítica de cine, ha publicado junto a Marcelo Reyes “Apuntes de Cine” Ed. 3600. Desde 2002 hasta la fecha es editora de la revista digital de arte y cultura, Palabras Más, de la que es cofundadora.

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