La Rioja es una ciudad con un orgullo feroz a su pasado federalista, y lo demuestra a través de su memoria histórica esparcida alrededor de la capital. Es así, que su patrimonio escultórico urbano, aunque exiguo, ha intentado en los últimos años dar paso a una nueva estética a partir de una política que sitúa a la escultura como la relación mas directa del ciudadano con su historia. Cuando conocí el trabajo artístico de los hermanos García el año 2013, comprendí de inmediato que eran diferentes. Los conocí a través de su primera obra escultórica monumental instalada en la Argentina, encargada por la gobernación Riojana, en la cual daban vida al héroe local Chacho Peñaloza, reinventando así, no solamente la propia cara de la ciudad, sino también la memoria Riojana. La monumentalidad y expresividad de sus esculturas reflejaban emociones distintas. Sus héroes de piedra revelaban en su mirada la permanencia del pasado y la inmediatez del futuro de una sociedad muy enraizada a su pasado. Cuando los conocí personalmente, ellos ya eran artistas renombrados. Sus obras formaban parte de la estética de varias ciudades latinoamericanas.
La escultura de estos dos hermanos destaca por la expresión de sentimientos nacionales a través de la construcción del héroe. Héroe nacional y continental, Latinoamericano que, revivido en piedra, reviste una nueva imagen a los ojos de los ciudadanos. El héroe como sinónimo de patria y pasado inmediato, con todas sus controversias, surge del talento de los García con una grandeza figurativa convertida en expresión del espíritu de una tierra.
Estos artistas crecieron en Llanquera, Bolivia, en el seno de una familia humilde en que el arte no tenía cabida. Sin saberlo, jugando, modelando en barro la efigie de su madre, se hicieron artistas. Ahí radicaba su breve relación con sentirse vivos, ya que las necesidades y el trabajo consumían la mayor parte de su tiempo. Este talento temprano eclosionó y les embarca hoy en un viaje épico, desde sus talleres en Cochabamba (Bolivia) a La Rioja (Argentina), para trasladar la escultura de 35 metros del caudilloFacundo Quiroga, el monumento mas grande que tendrá la ciudad. Esculpen héroes de piedra sin ser conscientes de que ellos mismos son héroes que construyen su propia historia día a día, con la herramienta de un arte al que, por su condición, tenían prohibido el acceso.
No hay ciudad sin esculturas, ni historia sin héroes. Tal es la relación de nuestra sociedad con el arte escultórico que se ha apropiado de pueblos y ciudades, avenidas y calles, parques y plazas. La escultura urbana es el principal medio de comunicación entre obra de arte y espectador, logrando que un elemento artístico sea generador de ideas, sentimientos y emociones. Latinoamérica es tierra de caudillos. Héroes que en la mitología moderna se convierten en próceres y guías de los sentimientos ideológicos de todo un pueblo. Son, por tanto, estos controvertidos héroes de piedra, los hitos urbanos que dibujan el mapa físico y emocional de nuestras ciudades.
En este documental profundizamos en la construcción ideológica del héroe Latinoamericano, Argentino, partir de la historia de otros héroes menos comunes: dos hermanos indígenas maestros del arte escultórico. Juan y Edgar dan vida, con sus monumentales obras, a los héroes que marcan nuestra memoria. Para crear, ellos interpretan la historia de los personajes que moldean. Pero antes, moldearon su propio pasado, más humilde, descubriendo lo sublime desde el primer momento en que sus manos sintieron el latido de la arcilla. Esas manos tocan las fibras más íntimas de la historia, transformándola y dándole un significado en que idea y pensamiento están emparentados con su búsqueda de sus propios orígenes a través de la libertad creadora.
Como creador, dejar testimonio de cómo se desarrolla una carrera artística en un entorno hostil, para reflejar sentimientos populares, es una oportunidad difícilmente evitable. El interés primordial de todo ánimo creativo es animar idéntico interés en los espectadores.
Logline
Juan y Edgar García son dos afamados escultores. Desde su infancia de carestía y trabajo en un pequeño pueblo boliviano, han recorrido un largo viaje en busca de su plenitud artística. Ahora emprenden un nuevo viaje, el más espectacular y arriesgado. 1.800 kilómetros les separan de La Rioja, Argentina, donde entregarán su último encargo: una escultura de 35 metros del controvertido héroe Facundo Quiroga.
Ariel Soto Paz
Realizó estudios de Cinema en el CC de San Francisco, después de emigrar a California en el 2003.
Waqayñan, su primer documental fue seleccionado a más de 15 festivales de cine y recibió varios premios, entre ellos el premio Eduardo Abaroa al mejor documental boliviano (2013). Su trabajo ha sido seleccionado a varios programas de cine en Latinoamérica: DOCandino Pitch, BoliviaLab FicViña y DOCBsAs, donde su mas reciente trabajo en producción En Tierra de Nadie recibió tutoría por parte del Sundance Institute. Este proyecto recibió ayuda del fondo Ibermedia y actualmente lo trabaja en coproducción Bolivia/Venezuela/Argentina.
En 2013, Ariel fue seleccionado al DocuLAB.5, Guadalajara, junto a otros cineastas emergentes de Latinoamérica. El mismo año asistió al taller Desarrollo de Proyectos en La Habana, Cuba, organizado por la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, como ganador del fondo DOCTV IV por Bolivia con Quinuera (2014).
Actualmente, se encuentra en la etapa de desarrollo del documental Heroes de Piedra, una coproducción Bolivia/Argentina. Vive y trabaja en Cochabamba, Bolivia y es responsable de la productora Rodante Films.
