Una de las mejores películas presentada con éxito en la Sexta Versión de Cine Latinoamericano del 22 al 15 de noviembre en el Cine 6 de Agosto fue sin duda La Mujer sin Cabeza, película guionizada y dirigida por Lucrecia Martel.
Llena de simbolismo la película sobresale tanto por lo poco que muestra como por lo mucho que oculta. Visual y auditivamente, el fuera de campo, nos transporta a los márgenes donde una ambigua historia de culpa se narra en silencio.
La cabeza es el objeto fetiche del ojo de la cámara en este film argentino. En efecto, el encuadre guillotina repetidamente la cabeza de la protagonista en señal de olvido, negligencia y caída, o nos muestra en más de una ocasión como se la lava y se la peina en síntoma de expiación. Cabeza que soporta el cuerpo maduro y bellamente cansado de Verónica (María Onetto).
El espacio de La Mujer sin Cabeza es el de un mundo de sombras diurnas donde la cotidianidad y la complicidad de los personajes rodea y encubre su desconcierto hasta el final. Lucrecia Martel narra singularmente en lenguaje visual; el lente como la mujer (sin cabeza) desea no ver, no escuchar, y nos hace acompañarla en la fuga, lenta y vacilante en el extravío.
La Mujer sin Cabeza, retrata el abuso, el abandono y la exclusión a la que los pobres son condenados, fácil e incómodamente olvidables al borde del camino, entregados al mutismo y estrabismo de la cámara. De esta forma el espectador sigue en silencio la rubia cabeza de Verónica que se teñirá de negro, y permanecerá extraviada y absorta en busca de su propia alma.
Como otras películas de la Sexta Muestra Latinoamericana La Mujer sin cabeza(2007), también conocida como La Mujer Rubia , es una película sugestivamente psicológica; y se suma al extrañamiento de La Ciénaga (2000)y La Niña Santa (2004), así como documentales y cortometrajes de la autora elogiada por Pedro Almodovar. Junto a la Niña Santa, La Mujer sin Cabeza es la segunda película producida por los hermanos Almodovar con El Deseo. Abucheada en Cannes la obra de Lucrecia inquieta y no deja espectadores indiferentes.