¡Día de la Pachamama! ¡Los indígenas somos la reserva moral del mundo! ¡Respetamos a la Naturaleza! ¡El Bien Vivir con el medio ambiente! ¡Allín Sachay, Allin Kausay, Allian Ruay¡ Cuántas banderas se esgrimen y se pregonan en nuestro país carente de ideología donde se quiere dar fin con el verdadero indigenismo, esencia de nuestra alma nacional.
El intento de redención se inició en 1945, cuando el presidente mártir y el político poeta Roberto Hinojosa auspiciaron y organizaron el Primer Congreso Indigenal en 1945 pretendiendo abolir el pongueaje y el mitanaje en las casas de los patrones. Andrés Solis Rada afirma que 1946 quebró la iniciativa histórica por el golpe de Julio “orquestado por la Embajada de EEUU y los partidos de la “rosca” minero-latifundista, empeñada en escarmentar al mandatario por defender al país de la expoliación impuesta por Washington – agrego: por rescatar la dignidad del indígena boliviano – calificaron al gobierno de Villarroel – Hinojosa de reaccionario, al que había que derrocar”.
1952 Reforma Agraria improvisada y contraria a la que aconsejada por el Consejo de RA. El indígena de los valles y el altiplano quedó con tierras que terminaron en “mini-surco”, sin tecnología y sin valores éticos de ideología transformadora; el originario amazónico quedó intocado en su selva, calificado de subespecie humana.
Corrió el fracaso político por más de medio siglo, la Patria dio un vuelco histórico el 2005 cuando se insinuó un cambio estructural: justicia social, evolución intelectual, hombre nuevo, democracia participativa, respeto a la diversidad, ecologismo absoluto y liberación redentora. Bolivia llegaría a ser el referente mundial de la bioética política. Yo puse mi corazón en el empeño.
Al concluir la primera década del nuevo siglo, emergió una nueva frustración acompañada de doble discurso. Todas las normativas de la nueva CPE que aprobamos el 2009, el compromiso con la Resolución de la OIT, fueron contrariadas. Se decidió transformar al amazónico en un ciudadano neoliberal, consumidor, civilizado; y a la selva amazónica en un buen proyecto neoliberal con el riesgo de abrir el horizonte cocalero más allá del corazón del Tipnis. Herir el parque con bisturí cortante de carretera a sobreprecio (Según José María Bakovic 200 Mill. US), sin consulta, con alteraciones de la estructura original, sin carta de impacto ambiental, desechando la voz de antropólogos y originarios que en defensa de sus culturas efectuaron marchas inconcebibles con apaleo en Chaparina. Pues ahora se confirma lo aseverado. El estudio de cinco países afirma: “El Banco estatal brasilero Bndes iba a financiar el gran negocio de acuerdo con la corrupta empresa brasilera Odebrecht; sobornos, sobre precio, daño al medio ambiente, complicidad”.
Mediados del 2015, se retoma el proyecto de desarrollismo neoliberal: concluir la carretera por el corazón del Tipnis, cancelar el indigenismo cultural, vender gas sin límite y sin industrialización, y explorar recursos no renovables en los parques naturales. Para ello, será preciso cambiar la normativa protectora de las áreas protegidas, olvidar el compromiso con la OIT, civilizar al nativo, enriquecer a la nación y a las transnacionales petroleras. Se considera siete mandatos constitucionales para reducir “la extrema pobreza de las comunidades amazónicas en las Áreas Protegidas”. Entonces, se lanza un decreto que abre los Parques a las petroleras y de inmediato se apremian voces adulonas en favor de la carretera por el Tipnis.
Adolfo Chávez del Cidob ya salió en defensa del Parque, de los Parques, ahora en peligro de ser agredidos desde el Estado y las Petroleras. A Chávez lo aplauden todos los ecologistas, los antropólogos, los indigenistas, los bioéticos, los humanistas del mundo entero. Recién sale un Quijote ante la abulia, la indiferencia del ciudadano apático y estúpido; lanza en ristre y adarga en brazo valiente convoca al combate. Es Gustavo Portocarrero Valda, un ser admirable cual Leonardo Boff. Todos ellos exigen hombría ante la historia, dar el sentido humano a la vida y asumir la coherencia ideológica.
Rescatemos el Indigenismo esencial y el respeto a la Naturaleza. ¡Allin Sachay, Allín Causay, Allin Ruay! ¡Desechemos el sinsentido del Mal Vivir! ¡Paz, Fuerza y Alegría! P ara ti y para la Gaia amada de Nuestra Bolivia.
Gastón Cornejo Bascopé
Cochabamba, junio 2015