Acerca de La Palabra que me Habita

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Texto Leido en la presentación de La Palabra que me Habita.
 
 
Sucesor de la Dra. Amanda Arriarán de Zapata en la Presidencia de la Unión Nacional de Poetas y Escritores de Cochabamba, tengo el honor de expresar, a nombre de todos los miembros de la ilustre sociedad, palabras de renovado afecto, felicitación y aplauso por el poemario que hoy engalana el Auditórium del Colegio de Abogados con su obra reciente titulada “LA PALABRA QUE ME HABITA” 
La Dra. Amanda Arriarán es una intelectual de reconocido prestigio profesional cuya Hoja de Vida tiene la excelencia de trayectoria y logros: catedrática universitaria de San Simón y la universidad Católica Boliviana en Cochabamba; magistrada de Justicia, Consultora de prestigiosas instituciones, Asesora legislativa, y Presidente en dos gestiones consecutivas de la UNPE de Cochabamba. 
Cultora de la palabra poética. Personaje cuya oratoria es digna de admiración por la significación y la tesitura de un lenguaje culto, por sus creaciones de Antología que, además de belleza musical, tienen una innegable profundidad expresiva. El entrañable escritor Adolfo Cáceres Romero, en el prólogo del presente libro, disecciona, con la hondura del escalpelo artístico de su admirable experiencia, la calidad de los poemas.
He aquí una voz poética genuina cuyo canto honra a las letras bolivianas y merece situarse en los estratos más elevados del registro nacional.
Mi percepción, como lector apasionado de la mejor poesía, va a continuación: Entre las manos el poemario que se presenta hoy, aún no abierto, permite sentir en su cubierta la vibración de mágicas substancias, son partículas poéticas de extraordinaria belleza que bullen por brotar al exterior, como un recién nacido en pos de iniciar su presencia vital entre los ojos y el corazón de quien comience la lectura para gustar y comprender este maravilloso – acto de fe – al decir del noble prologuista. 
Los poemas, por taumaturgia mágica, emergen milagrosos, exigen detener los latidos de la vivencia habitual para concentrar la atención en cada pensamiento, releer cada frase en voz alta y degustarlos asumiendo su hermosura.
 
Todos son extraordinarios en luces. Cada uno de ellos viene ornado de particular belleza; en su conjunto, revelan el intimismo de un ser que sublima inquietudes reflexivas. Poesía pura, impoluta, nacida de la fuente espiritual de una escritora sensible que maneja pensamientos de elevada cumbre. 
 
Por su territorio poético pasan evocaciones e inquietas voces de bardos sublimes: César Vallejo, Nicolás Guillén, Octavio Paz, Oscar Wilde, Alan Poe, Gonzalo Vásquez, Gaby Vallejo, Rosario Quiroga, Jesús Lara, Federico de España, Neruda de América. 
 
Imposible seleccionar los poemas mejores; algunos tomados al azar: “Vetusta morada de callados rincones, cautelosa voz y apremiantes mensajes es mi cuerpo” “No me despiertes, quiero quedarme en este sueño” “La esperanza se hace anciana” “Mientras la vida imperturbable y ufana, silbando una tonada pasa de largo, llamando a otra puerta” “hasta los charcos son bellos cuando reflejan el cielo” “Lloronas del Campo Santo”.
 
Alcanza niveles sublimes en los poemas homenaje, a sus hijas, a su padre, al colega, en los que su voz adquiere cálida ternura. En cambio en otros, hay dejos de fina ironía: “Entre homo sapiens”, y de rebelde postura: en Humanistarismo, Progreso, La limosna. Con inefable utopía quiere “Dar justicia y libertad en cada bollo de pan”.  Y el verso descriptivo e hiriente de Gonzalo Vásquez, Mi país tan solo en su agonía, renace en la pluma de nuestra poeta: “Nuestro país, siempre el mas escarnecido por los sueños fallidos en el umbral de cada día”
 
El poema “Estampa familiar”, por asociación, me lleva a evocar la poesía de Fernando Alegría, La Olla del pobre, y al recitarlos se enerva el propósito de justicia social que pervive en nuestro ser comprometido. 
La autora se define como una “Insomne buceadora de profundidades, ensueños y transparencias”;  Jorge Teiller agregaría: “descubrir lo oculto en el recodo de los sueños”. El Leit motiv de sus preocupaciones, la serenidad más allá de nuestra existencia física, coincide con la inquietante pregunta de Huidobro: “¿Y al otro lado, que hay al otro lado?”. Le respondo: Nuestro destino es descifrar las estrellas en el largo viaje y caminar sin extravíos sabiendo que viajamos hacia ellas, somos viajeros de un infinito caminar. 
A su inquietante enunciado: “sueño con renacer como pura resolana o sombra alada”, encuentro la respuesta en un verso de Rolando Arze Quintanilla:“Viajera sempiterna / tenue rayo de luz, / la veremos nuevamente mariposa / en la presencia viva / del retorno”
 
Finalmente, en Epílogo, anhelante expresa: “Quisiera al menos superar la estatura de mi vida habitando en la palabra que me perviva”. Distinguida poeta, puedo asegurar, con sibilina firmeza, que esa pervivencia se cumplirá con creces, plasmada a fuego en cada corazón sencillo allegado a la lectura de sus versos germinales. Y estará vigente en la historia del arte de la palabra profunda de los seres más selectos de la patria. Mientras tanto, en el decurso, sigamos escuchando su hermoso canto …. para ser más libres y más buenos.
 
Cochabamba Mayo 2015
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