Imagen que le tome en la casa de la calle 13 de Calacoto hace 40 años cuando él escribía las últimas líneas de su obra, luego guardando cuidadosamente sus escritos nos comunicaba la terminación de su libro era septiembre de 1974.
Pocas semanas después concluiría su vida en un accidente automovilístico a mi lado un 26 de octubre cargada de premoniciones que se cumplieron tal cual… afectando las vidas de todo su entorno cercano, y a mis 18 años mi vida giro 180º. Pienso que con su muerte él me regalo a un gran amigo y maestro sin par Jaime Saenz. Con el tiempo ambos poetas fueron la fuente de muchos de mis emprendimientos.
La poesía se une a la raíz misma de la existencia mediante el sentimiento que impulsa, mediante el conocimiento que alcanza a vislumbrar una faceta de la verdad que elige la palabra más adecuada para comunicar esta visión; mediante la voluntad que mueve al conjunto para unirse con lo profundo de la vida y, sobre todo, mediante el símbolo que el inconsciente emplea para dar una idea de ese algo misterioso y fugitivo que construye toda existencia.
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Poemas de Guillermo Bedregal Garcia-Valencia:
Al pie de las revelaciones
Me has dicho una vez que la vastedad del mar ha
deseado escaparse del acercamiento a la meseta,
cuando dormía el fragor del frio
siendo transportado todo por una partícula dañada de
tu alma
mientras mis sueños abandonaban el sueño,
hallando en tus espaldas magnitudes desiertas, bosques
clamorosos por la forma humana,
y un abismo abierto en la vejez que tiene toda lluvia la-
vada de encanto por el encanto de que la absorbas tú.
El ser que desde mis tejidos espera a que yo sea, quiere
conocer los cauces que vinculaban tu mirada con la
sombra que apenas percibimos del abismo.
(1954-1974)
Estoy despertando y tengo rostro de morir,
Estoy despertando y tengo rostro de morir;
flexiono el hueso que no pensé morar
y me duele cada intento de elucidar mi calavera,
de entender un río
o imitar el canto que retenga la lluvia en la paja viva,
olvidando el cielo y recordando la tierra.
El lugar de este rostro es el sur de tu memoria,
el sur que humedece sin que notes tu cabello,
el sur que entristece lo que miras
que te cansa,
y seca el fuego,
tocando las palabras de un presagio donde ya has muerto.
El lugar de este rostro es mi rostro viéndote llover.
(1954-1974)
Se esta solo contigo en el azar del mar
Es gracioso tocar con los ojos el ruido del oleaje;
es indiferente el abismo de las gotas en el rostro,
cuando la sequedad te está llamando:
cuando sabes que sólo lo seco te humedece las venas,
que tus huesos son de ríos acabados,
que por la sequedad has llegado al mar
y que ahora ésta te llama para completar la oscuridad.
Eres de altura y polvo,
y tu alma es el ámbito para que la lluvia culmine en estrellas.
Eres de ciudades abandonadas por la luz
donde todo es indirecto con excepción del abandono mismo.
Eres del color del mar,
pero tus manos huelen a frío
y en tu avidez ha dejado la manera de retornar y de
despedirse.
(15 enero 1954 – 25 octubre 1974)