Sara Espantapajaros se exibirá en el Ciclo de cine Ecuatoriano, con presencia del Director Jorge Vivanco Jueves 14 de Agosto a las 19:30 en la Cinemateca Boliviana.
Existe en Ecuador una larga historia de producción cinematográfica, en la que se incluyen cortos y documentales hechos a los largo del siglo XX, desgraciadamante y pese a la calidad o el valor histórico de algunas de esas aportaciones culturales hasta ahora el cine de este país no ha tenido mayor repercusión (con ciertas excepciones).
Podría afirmarse que la producción de cine en el Ecuador comenzó en la década de 1920, con la producción del primer largometraje argumental ecuatoriano: El tesoro de Atahualpa, dirigido por el ecuatoriano Augusto San Miguel;[1] además, en la misma década, el italiano Carlos Crespi dirigió el importante documental Los invencibles shuaras del alto Amazonas.
Entre 1930 y 1931, el advenimiento del cine sonoro detuvo el desarrollo de la industria cinematográfica nacional, que intentó hacer frente a las nuevas películas por medio de la "sonorización en vivo", es decir, la interpretación de textos y canciones simultáneamente a la proyección, aunque sin éxito. Por eso cerca de dos décadas el cine nacional se dedicó a los documentales, los noticieros y los reportajes turísticos promocionales, con la excepción de dos largometrajes argumentativos en 1950.[2]
Sin embargo, el cine ecuatoriano fue promovido por los intelectuales en la década de 1960, entre ellos Ulises Estrella, director de la Cinemateca Nacional. Durante ese período proliferaron las coproducciones mexicano-ecuatorianas.[3] Durante la siguiente década, se fortaleció el género documental, y en 1977 se legalizó la Asociación de Autores Cinematográficos del Ecuador.
Desde la década de 1980 hasta la actualidad, la cinematografía ecuatoriana retornó a la producción de largometrajes, siendo un ejemplo de esta tendencia la adaptación cinematográfica en 1989 de "La Tigra", obra de José de la Cuadra, cuyo director fue Camilo Luzuriaga; este mismo director retomó la adaptación cinematográfica con la película "Entre Marx y una Mujer desnuda" del escritor Jorge Enrique Adoum y del libro: "1809-1810: Mientras llega el día", que relata los aconteceres de la Independencia quiteña.
Otros filmes que caben resaltar por ser hitos en un nuevo nacimiento del cine ecuatoriano son: "Ratas, ratones, rateros" (1999) y "Crónicas" (2004) del director Sebastián Cordero, quien actualmente se encuentra Filmarndo su tercer largometraje en España en 2008. Se trata de una adaptación de la novela Rabia del escritor argentino Sergio Bizzio.
Recientemente el filme: "Qué tan lejos" de la cuencana Tania Hermida ha sido muy aclamado, recibiendo el Zenith de Plata en el Festival de Cine de Montreal en la categoría Ópera Prima. La acogida que ha tenido entre los ecuatorianos ha sido sorprendente tomando en cuenta el poco apoyo al cine local.
Otras producciones se encuentran recién viendo la luz y realizando su recorrido a través de festivales, entre ellas están el documental "El Comité" de Mateo Herrera, "Cuando me toque a mí" del director Víctor Arregui, el cual la presentó en el Festival de Biarritz de Cines y Culturas de América Latina donde el actor principal, Manuel Calisto, fue galardonado con el Premio de Interpretación Masculina por su interpretación de un médico forense. “Esas no son penas” de Anahí Hoeneisen.