Para aquellos que nos gustan la poesía y las artes a veces perdemos los significados profundos que conllevan estas. Nos perdemos en la apariencia y en algunas ocasiones en la inmediatez. Sólo vemos en las personas que se comprometen de manera efectiva en la realización de eventos artísticos/culturales como promotores culturales o gente que simplemente le gustan las artes y los artistas, pero es más profunda la labor de estas personas dentro de este contexto.
Tuve la oportunidad de radicar en Sonora por dos meses para asesorar a los representantes de SIPEA, Sonora (Sociedad Internacional de Poetas, Escritores y artistas) Isabel Cristina Murrieta y Carlos Martín Valenzuela con la intención sólo de instruir en la cuestión literaria y un poco de logística para su evento anual denominado “Primavera de palabras”.
Antes de viajar a citado lugar culminé un estudio de investigación intitulado “Poiesis y otredad, la utopía donde nos recreamos” donde intento llegar a una verdad con relación a estos conceptos, la esencia del mismo estudio nos lleva a varias conclusiones pero una de ellas es la recreación del humano con el mismo humano tomando como elemento de engarce las artes. En este tratar de reafirmar la creación o poiesis es más profunda la manera de poder explicarlo, pero para poder comprender este concepto de recreación se tiene que vivir en ciertos tópicos donde la emoción no solamente contemple la cuestión de la creación artística sino también esa emoción o emociones que surgen dentro de este otro tipo de trabajador de las artes: el promotor cultural.
El promotor cultural para poder realizar su trabajo tiene que hacer uso de lenguajes, técnicas y de la persuasión que es el arte de convencer, pero existe un factor importante que es base para este convencimiento, la trayectoria de vida, la credibilidad a través de sus actos. La honestidad y entrega hacia un servir a los demás y conjugarse como parte de una oración que culminará en una historia, es de vital importancia para conseguir el objetivo del promotor cultural, él mismo es un artista porque tiene que manejar distintos lenguajes y técnicas para crear y culminar una obra que también es un concepto.
La inteligencia Emocional en el Promotor
La inteligencia emocional es de suma importancia para el promotor cultural, el manejo de las emociones primero para conseguir los apoyos económicos y en especie de instituciones públicas y privadas, el acercamiento con los artistas para su presencia en el evento y durante el mismo. Necesita de paciencia y desarrollar su sentido analítico/emocional para lograr llevar el sueño a que se convierta en algo tangible, material, vivo. Lo más difícil que son la relaciones humanas el promotor la equilibra a través de de la empatía y controlando el instinto que es la capacidad de lograr cualquier objetivo.
La Misión
Realizar y presentar un evento no sólo es la misión del promotor cultural sino es integrar de cualidades el espacio donde se habita e intentar sembrar en los demás conceptos como tradiciones, lenguajes, mitos, historia y emociones de distintos pueblos como es el caso de este evento que es de tintes internacionales. Pero lo más importante, mostrarles a los demás la vida, hacerlos sentir en ella, contactarse con el otro, recrease en un nosotros. Es tan importante en la época actual el saberse vivos, el extenderse al mundo a través de la música, la danza, la literatura, la pintura y el canto. Además de ser promotor de la lectura y literatura durante el transcurso del año acompañado de presentaciones de libros, de coros, grupos musicales, oradores y poetas. Esto es admirable por parte del promotor cultural como es el caso de Cristina Murrieta y Carlos Valenzuela.
Primera Etapa
La proyección del evento y la creación imaginaria de tópicos, invitados, herramientas y elementos para la realización del evento. El promotor realiza un trabajo multidisciplinario, es gestor, relacionista público, director, ejecutante y creador. Tiene que organizar los posibles apoyos para la organización, posibles lugares de representación, posibles invitados tanto artísticos, autoridades y público en general. Aquí cabe también realizar un trabajo de observación para dirigir el tipo de actividad y artista dependiendo edad, sexo, condición social y otros conceptos que son determinantes para una excelente exposición de la cultura. Realizar cronogramas y programas antes y después del evento. Además de mantener en función las actividades regulares en el transcurso del año como talleres, presentaciones y labores sociales. Es un trabajo arduo en realidad que nosotros quienes somos invitados no vemos a simple vista y que es de gran responsabilidad y fuerza tanto física, emocional y espiritual.
Segunda Etapa
Durante la realización del evento tiene que hacer uso de la improvisación que como dijera Alfonso Reyes: “En rigor, educarse es prepararse para improvisar”. La improvisación alcanza sus efectos cuando logra adecuarse a “la ocasión y los auditorios”; cuando no se da la adecuación, “el efecto es nulo, contraproducente y hasta grotesco: es el hombre que se presenta con un collar de perlas al cuello”. La improvisación es una especie de “memoria exaltada”. Aquí es donde el promotor hace uso de todo aquel bagaje de experiencia y estudio que se convierte en sabiduría porque también tiene que ser mediador y visionario. Improvisar, siempre improvisar, el mismo mundo está lleno de imprevistos, esto también es educar, la creatividad se estimula ante la necesidad, ante la adversidad y también es llamada inteligencia.
Obstáculos con que se Encuentra el Promotor Cultural
Uno de los principales obstáculos con el que se encuentra el promotor cultural es con la visión materialista del mundo moderno, que también es un reto, las eternas preguntas ¿Para qué sirve el arte? ¿Qué me va a dejar? Son de gran carga emocional porque ya llevan como consigna la negación. Esta visión ejerce mucha fuerza y por lo mismo variantes que también tienen que ver con la idiosincrasia y cuestiones sociológicas del lugar donde se planee efectuar el acontecimiento. La falta de interés porque no deja nada material y la creencia de que al contrario quita para cuestiones más importantes como producir. Las artes funcionan para la formación humana, sin ellas el hombre sólo construye aún pagando el precio de destruirse así mismo, sin las artes todo lo construido carece de belleza y aunque algunas personas lo duden, de su practicidad, porque la estética también propone un uso práctico para estas. Otro obstáculo es la poca visión de las instituciones gubernamentales, que en este caso no fue así, por carecer de una visión prospectiva con relación a las artes, no miran a futuro, un futuro el cual a través de la sensibilización se crean mejores seres y más comprometidos con su entorno, personas más empáticas y compresibles. Al prever esta circunstancia también se evita otro obstáculo, el conflicto por parte de otros individuos que sólo buscan el interés personal escudándose como promotores culturales, estos seudopromotores boicotean al verdadero promotor con injurias, difamaciones, detenimientos de materiales o herramientas y manipulación de otros artistas u otros apoyos de índole gubernamental o privada intentando desacreditar la labor del verdadero promotor aunque lo único que logran es reafirmar su carencia de inteligencia y humanidad. Estos seudopromotores son tal vez el obstáculo más previsible en la labor del verdadero promotor cultural. El promotor cultural enriquece al turismo en el sentido humano, económico y cultural donde desarrolla su labor.
Resultados
En el caso de Isabel Cristina Murrieta y Carlos Martín Valenzuela del Colectivo “Hía Tehuikatzi” el trabajo es más arduo porque no sólo se dedican a realizar eventos anuales sino también realizan talleres literarios, conferencias relacionadas con la identidad, los valores y derechos humanos, además de que su encuentro no es sólo de literatura sino multidisciplinario donde la música, la danza, el canto, la pintura y la literatura convergen para expresar lo importante de las artes para la vida, la gran herramienta que son para poder vivir en plenitud y armonía. En este caso también la historia se enlazó porque se le homenajeó a Francisco Eusebio Chini mejor conocido como el Padre Kino analogando la voluntad de este hombre con el mismo promotor social.
Afortunadamente en México existen varios promotores culturales que a través de sus conceptos se convierten en promotores sociales por la actividad que realizan como los Hermanos Cerezo del “Comité Cerezo” en el Distrito Federal, Juan Manz en Ciudad Obregón y algunos más que se entrelazan también con otros promotores de otros países como es el caso de José Guillermo Vargas de Perú que es presidente de la Casa del Poeta Peruano quienes realizan una labor estando conscientes que al termino de cualquier evento en la mayoría de la veces tienen que poner de su bolsa porque quedan deudas pendientes, para el promotor no termina el evento el día de la clausura sino hasta que termine de pagar los faltantes para después volver a embarcarse en otra nueva deuda de la cual se es consciente que siempre va a ver más faltantes que ganancias en la cuestión económica porque en lo humano siempre hay ganancias. Cuando se realiza la recolección de apoyos los demás, los que lo vemos desde afuera, creemos que el promotor se lleva dinero a su bolsa y esto es sólo una falsa apariencia de la realidad, siempre quedan vacíos monetarios por lo imprevisto, aquello que no se contempla y que es producto de lo causal del mismo trabajo de la promotoría.
La promotoría cultural es una labor bastante ardua y muy poco reconocida porque no sabemos todo aquello que se realiza tras bambalinas, ser promotor cultural es un peso que vale la pena cargar pero mejor aún si nos unimos más. Esto es parte de la poiesis, este recrearse con los otros para ser un nosotros, a veces como asesor uno termina aprendiendo más de aquellos a los que se va a instruir, porque uno tal vez instruya pero ellos educan.
(Obed González Moreno es instructor y conferencista egresado de la escuela de escritores de SOGEM y actualizado en pedagogía por la SEP. )