¿Dónde vamos después de esto, cuando todo acabe? No lo sé. ¿Podemos volver atrás?, ¿podemos avanzar? En este momento solo está la Flama… Con estas palabras gravitando sobre el cadáver de Bent Faurschou Hyiid concluye la danesa Flama y Limón de Ole Christian Madsen.
La película sorprende en las pantallas bolivianas, por ser una perspectiva de origen diferente a las versiones norteamericanas o de Europa Occidental abordando el tema del holocausto. Un gran vacío, una insoportable crisis de representación ha marcado la estética en todos los intentos por describir el incómodo estigma del hecho histórico. Flama y Limón (2008), basada en sucesos reales de dos espías de la resistencia danesa, se suma al culto. Sucintamente presenciamos la tensión y la determinación de la vida de sus figuras. Jorgen Haagen alias Citrón, es un sólido protagonista que acompaña el indiscernible dilema moral de la película, el de los personajes transformados en asesinos, ¿Cuándo son héroes, cuándo sicarios?
Vale la pena verla tan solo por la gran calidad de fotografía, interpolada por dominantes imágenes documentales. La trama se inicia en 1944, sin grandes acrobacias formales, sobriamente narrada, la cámara al servicio del relato, despliega amplios picados generales que atraen por la impresionante natural adaptación de época. Como fuga al indecible horror, la cinta de Madsen no es realista pues subyace el marco de un parco mundo ficcional, atmósfera que da otra fuerza al drama: vestiduras del género de guerra levemente incrustadas por elementos parecidos al film noir, como la nostálgica voz en off del auto reflexivo narrador cerrando circularmente el film, o la seducción de la conspiradora Kelly Silmor, a quién finalmente Flama se dirige en una candente y doliente carta.
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Levemente, la narración se impone casi contemplativamente a la acción, y la cápsula de cianuro, que como espectadores debemos tragar, no es sino el placebo que nos transporta al póstumo relato de un muerto. En este sentido la diferente territorialización de la forma en Flama y Limón, nos hace “inimaginar” nuevamente, la pérdida de libertad, nos lleva a siquiera palpar por ausencia, con la distancia una puesta en abismo, la represión, la noche del mundo que reinó en momentos decisivos de la ocupación nazi, como si se tratara de una pesadilla que la historia no desea recordar y debe disfrazar con alguna segura puesta en escena.
Así, entre absortas idas y vueltas que erigen la duda sobre toda verdad y acción, con excelentes actuaciones y un ritmo templado, apelando al interés de la mirada; cruda y resplandeciente, la flama arderá para usted, suspensa durante 130 dilatados minutos.
FICHA TECNICA
Título Original: Flammen & Citronen
Año: 2008
País: Dinamarca y Alemania
Director: Ole Christian Madsen
Guión: Lars K. Andersen y Ole Christian Madsen
Música: Karsten Fundal
Fotografía: Jørgen Johansson
Reparto: Thure Lindhardt (Flame), Mads Mikkelsen (Citron), Stine Stengade (Ketty), Christian Berkel (Hoffmann), Hanns Zischler (Gilbert), Peter Mygind (Winther), Lars Mikkelsen (Ravnen), Flemming Enevold (Spex), Jesper Christensen (padre de Flame), Claus Riis Østergaard (Bananen)
Productora: Lars Bredo Rahbek