"Desde que soy crítico de cine, soy también un viajero, he viajado por todo el mundo y continúo haciendo eso, descubriendo a la vez nuevas películas y personas"
Sobre un mantel, profusamente extendido bajo cuchillos y cubiertos abiertos a la palabra, lances del azar y la circunstancia, tuvimos la oportunidad de conversar con el pensador de películas, paciente y sincero espectador de nuestro mundo en breves días de un feliz encuentro. No saciados ante las posibilidades de la obra crítica, transcribimos a continuación la entrevista traducida al castellano, en torno a algunos aspectos de la labor del crítico de cine. Emoción, reflexión, palabra escrita, palabra viva del recuerdo después del film, son apenas algunos ingredientes que despiertan interrogantes en torno a lo que esperamos del magma cine, gran fantasma que acompaña a la humanidad como un espejo de inexplicables acciones y deseos.
La Cooperación Regional Francesa para los Países Andinos, la Embajada de Francia en Bolivia, la Alianza Francesa de La Paz y la Fundación Cinemateca Boliviana, hizo posible el encuentro con el crítico en el Taller de Perfeccionamiento a la Crítica de Cine realizado del 7 al 10 de junio en la Cinemateca Boliviana. Los afortunados invitados al taller fuimos Billy Navarrete del Ecuador, Juan Antonio González de Venezuela, Mónica Delgado de Perú y Hugo Chaparro de Colombia, junto a los bolivianos Claudio Sánchez, Sergio Zapata, Mary Carmen Molina, Ana Rebeca Prada, y quien les escribe. Los films que se discutieron fueron la africana Tilai de Idrissa Ouédraogo, la clásica Hiroshima mon amour de Alain Resnais, la película documental La moindre des choses de Nicolas Philibert, y Tout Est Pardonné de Mia Hansen Love. Sin más preámbulo damos paso a la entrevista llevada a cabo en La Comedie de la ciudad de La Paz, registrada en video.
¿ Jean Michel háblanos de la experiencia del taller?
J.M.F: Para mi es muy importante y muy útil hacer lo que estoy haciendo aquí, no estoy aquí como un “french doctor” que viene trayendo medicamentos a poblaciones enfermas o heridas, estoy aquí … desde que soy crítico de cine soy también un viajero he viajado por todo el mundo y continúo haciendo eso, descubriendo a la vez nuevas películas y personas, mentalidades y formas de pensar diferentes. Por ejemplo en el taller hemos hablado de una película africana (Tilai) y ha sido muy importante para mi ver como todas las personas que participaban del taller han efectuado un cuestionamiento desde un punto de vista latinoamericano sobre todo alrededor de la problemática del indigenismo, y de la capacidad de representar a otras culturas, y han sido todos esos enfoques que son imposibles para mi, que yo no los conozco, y que aprendo cuando escucho hablar de ellos. Y tal vez quisiera decir esto de una manera no diplomática o protocolar, sino más bien completamente sincera, hay personas formidables en los organismos de cooperación cultural francesa que me han ayudado a venir, Anushka y Marie de la Alianza Francesa. Esta gente es importante para construir puentes, sin ellos no estaría aquí. Entonces hay que decirlo muy francamente y no como un discurso oficial, pero como algo de reconocimiento político: se requiere herramientas, recursos y decisiones políticas de los gobiernos para construir esos puentes para que nosotros pudiésemos encontrarnos y realizar esta conversación, por ejemplo, o lo que hicimos durante cuatro días en el taller.
¿Cómo enfocas el problema ético del crítico de cine, hasta donde debería llegar la censura, o la no recomendación de una película?
J.M.F: Para mí el problema ético del crítico, o lo que está en juego, es el poner en evidencia el comportamiento ético de la película en sí misma. Creo que todos los films construyen un modo de relacionamiento con lo que muestran y a la vez con quienes miran el film. Esta relación puede estar en un plano de igualdad de apertura y acercamiento a lo que se está mostrando, pueden ser seres humanos, animales, puede ser la naturaleza. Lo más común es que sean por supuesto seres humanos, o bien puede mirar lo que nos muestra de una manera que la encierra, que los domina, que los maltrata, que los desprecia, que los violenta, de una manera u otra, si hace esto entonces también violenta a los espectadores. Una película que trata mal aquello que filma también trata mal a sus espectadores. El rol del crítico es entonces evidenciar esta tensión ética. De qué manera una película o un director consideran lo que nos muestra; pueden ser personajes de historias de amor, gangsters, o un documental de gente de la calle.
¿Qué puntos débiles se han expuesto en el trabajo crítico que se desarrolla en nuestro país?
J.M.F: No se puede hablar de puntos débiles o habría que entrar en el detalle del trabajo de un crítico en particular. Para mí lo importante del taller que hemos hecho juntos era la posibilidad de compartir el punto de vista de cada uno. Si yo defiendo la idea que en el cine no hay una persona que sabe todo y que tiene un poder sobre los demás, me debo aplicar a mi mismo en esta situación la misma idea. Encuentro que lo que hemos intercambiado entre nosotros, la manera en que hemos hablado de las películas ha sido a la vez muy enriquecedora y muy respetuosa de cada uno.
¿Cuáles son tus críticos preferidos?
J.M.F: De entre mis críticos favoritos lastimosamente muchos han muerto. Pero… André Bazin, Francois Truffaut, Sergio Dane, para citar algunos franceses, han sido muy importantes para mí en mi formación justamente porque era gente que mantenía una posición muy abierta en relación a las películas que consideraba que estaban muy presentes, es decir que no se ponían en una posición de juzgar todo desde arriba, sino que hablaban de ellos mismos al mismo tiempo que hablaban de las películas. Y era en ese intercambio entre esos dos temas que se manifestaba mucho la emoción de sus textos. Actualmente hay varios críticos que me gustan mucho, por ejemplo los que escriben Cahier du Cinema España, como Carlos Heredero, o Ángel Quintana que son personas con una gran sensibilidad. Hay grandes críticos en Italia, Enrico Guezzi, en Francia hay dos críticos que me gustan mucho, que trabajan en el periódico Le Monde, Jacques Mandelbaum y Francois Roger. Puedo citar a muchos más nombres, pero creo que lo importante no es dar una lista larga…
¿Alguna vez pensaste en la posibilidad de realizar una película?
J.M.F: No, nunca. Es extraño, soy el primer sorprendido porque es muy común entre los críticos. Yo pertenezco muy claramente a una tradición crítica francesa que es la de Cahier du Cinema, y era un hábito o una costumbre que los críticos de Cahier du Cinema, muchos de ellos en todo caso se vuelvan directores de cine. Por supuesto Godard, Truffaut, Ribet, Romer, Chabrol, pero aún después todas las generaciones por ejemplo Mias Hansen Love, de la cual estamos pasando una película ahora, era critica en el Cahier du Cinema y tiene 25 años. Y yo nunca tuve ganas de volverme cineasta, lo que me gusta hacer es escribir. Quizás me den ganas de escribir otra cosa que no sean críticas, tal vez libros de ficción o guiones o textos de teatro, no sé, todo lo que se pueda escribir y para nada hacer películas.
¿Se puede hacer crítica de cine en cine?
J.M.F: Sí, por supuesto. El ejemplo más fuerte y el más constante es Jean Luc Godard, es decir que… Jean Luc Godard dijo que cuando eran críticos en Cahier du Cinema él y algunos otros amigos que luego harían la Nouvelle Vague, en realidad ya hacían cine pero como no tenían derecho de usar una cámara utilizaban una puntabola en su lugar. Pero ya era una manera de hacer cine. En el caso particular de Godard también se puede decir lo inverso, que cuando se ha vuelto director ha continuado haciendo crítica de cine. Todo el cine de Godard es entre otras cosas, critica de cine, es decir una reflexión sobre las imágenes, los personajes, los relatos, los diálogos. Todas sus películas tratan estos temas, pero por medios cinematográficos. Creo que Godard es la persona que ha hecho esto de la manera más talentosa y constante, pero de cierta manera se puede decir que un documental de Nicolás Philibert es un trabajo crítico acerca de cómo se hace cine, de cómo otras personas han filmado a los locos antes de él. Cuando él hace una película en un asilo psiquiátrico, aunque él no piense así, su película hace un trabajo crítico de hecho sobre cómo el cine comercial trata el mismo tema. Se puede decir que el cine arte, el cine que inventa cosas, se ocupa de criticar las reglas establecidas del cine. Pero es muchas veces el trabajo del crítico en el sentido propio del término, el crítico que trabaja en un periódico, de señalar cómo una película ha hecho una crítica mediante sus imágenes y cómo una película de Kiarostami es una crítica de la manera de cómo mil otros realizadores han filmado a los niños antes que él, han filmado mal a los niños. Kiarostami no dice nada, no habla del tema, pero su forma de filmar a los niños se convierte en una crítica.
Jean-Michel Frodon nació el 20 de septiembre de 1953 en Paris con el nombre de Jean-Michel Billard. Es un periodista francés, crítico e historiador del cine. Tiene un master de historia y trabajó como educador de 1971 a 1981. Luego es fotógrafo de 1981 a 1985. A partir de 1983, es periodista y crítico de cine en el semanario francés Le Point. En este momento, firma con el seudónimo prestado del Señor de los Anillos. En 1990, se va al periódico Le Monde y en 1995, se vuelve responsable de la rúbrica cine del diario. En 2003, es nombrado director de redacción del Cahiers du Cinema. Renuncia en 2009 cuando la revista es comprada por un editor ingles. Desde septiembre de 2009, se encarga del blog Projection publique en slate.fr