Rodrigo Ayala y los Menguantes de un Cine Diverso

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"Que las películas, que  te gusten o no te gusten, hagan que el imaginario de los bolivianos tenga también parte de personajes bolivianos, que tengas  tus héroes, tus ídolos bolivianos, tus villanos  bolivianos, tus fantasías eróticas con mujeres bolivianas".

Se dice que todo  puede ser cultivado en la transparencia de la arena  cinematográfica,  se debe tener  un qué y un cómo, algo que contar; sin embargo el  boliviano  cine, fascinado  en las recurrencias prefiere los  círculos baldíos  en un sólo lenguaje. Difícilmente, por ejemplo, nos embarcamos  en la ficción del Triángulo del Lago  con otras geometrías como la ciencia ficción.  Olvidada pionera de su tipo, la inesperada invensión de Mauricio Calderon  resultó un enredo de  Triangulo de las Bermudas atravesado por una ciudad de La Paz futurista y  la nostalgia de un biquini perdido en el Titicaca. Con Valdivia el aventurado destape de Jonás y la joven Ballena Rosada también pasó al repliegue inconsciente en la memoria erótica de la cinematografía boliviana. Onduras psicológicas, incomprensibles risas, efectos especiales, o atrevidos destapes,  se duermen  entre el drama y la comedia costumbrista. En Rojo Amarillo y Verde, Rodrigo Bellott  se lanza a un musical, probablemente el primero en la historia del cine boliviano, y Sergio Bastani  aborda  la metáfora visual de Amarillo, pero la crítica parece adormecida ante el  atrevimiento. Menos legible, con tintes de cine surrealista, la existencialista Verse  tiene algo que decir pero se quiebra en la forma. Entonces, cuál de tantos es el drama del cine boliviano,  más risa, más ficción, más temas y más calidad;  porque  tiene que haber diversidad para elegir, aprender y discurrir del drama a la comedia,  o del documental a los quiebres de lo  fantástico. Rodrigo Ayala nos habla de la posibilidad de un Cine Diverso, un mercado  con un imaginario propio, con personajes  superficiales o menos superficiales.

¿Qué es lo que atrapa al espectador en un cine diverso? 
RA: A mí me encanta que la gente se quede en mis películas, que vaya a verlas, porque significa que es algo que la gente cree, que es algo que está narrativamente bien construido. Lo peor que a mí me podría ocurrir como cineasta es que la gente se pare, que no se la crea. Algo que este narrativamente bien construido, y después sobre esa base expresa lo que quieras, erotismo, comedia, drama, suspenso, miedo, horror, lo que tú quieras.

¿Cómo encaja el humor  en este cine diverso?
RA: Día de Boda ha tenido tremendo éxito en toda Bolivia, decían que sólo iba  hacer  reír en Tarija, que sólo en Tarija la iban a ver. Sin enbargo se la vio en Santa Cruz, La Paz, Cochabamba, Sucre. Yo creo que si tu haces una película puedes hacerla muy local pero sobre ciertos códigos universales que es Día de Boda. Es la historia de alguien que quiere raptar a la chica de la cual está enamorado, eso es absolutamente universal.

Me extraña como en el cine boliviano no se discute sobre cosas muy ricas que están ocurriendo como Rojo Amarillo Verde, Amarillo es más experimental. A mi me gustó Verde, que es la de Bellott porque es un  real intento de hacer musical, entonces es un  aporte. Me gusta porque el tipo se las ha jugado, dijo no es fácil, pero sobre la base de un ejercicio narrativo voy a hacer un musical. He leído muchas críticas buenas, malas pero nadie discutió sobre eso.  Que un tipo se lance a hacer que gente salga cantando a narrar una historia, a mi me pareció super bien, y a lo mejor ahí se está buscando la identidad del cine cruceño. En general lo que hay que celebrar en Bolivia ahora es eso, gracias al  digital tú tienes la posibilidad de tener cines diversos, uno será serio, dramático, otro será comedia.

Y luego qué terrible que la gente discuta sobre las malas palabras pero además el lenguaje coloquial es válido, hacerlo o no hacerlo. En mi caso la elección es simple porque yo escribo como yo hablo, pero hay mucho prejuicio. Yo  junto con Pedro Suz y Marcos Loayza, los tres básicamente, peleamos la ley del cine y la hicimos aprobar. Yo he vivido el momento en el cual hacer una película cada cinco años era un milagro porque era tan caro, tan difícil, ahorita tenemos la oportunidad de ganar nuestra pantalla.

Cine diverso e industria precaria, ¿Cuál es la ecuación?

El digital  y las multisalas te abren la oportunidad de que tú por lo menos puedas recuperar un treinta o cuarenta por ciento del mercado  del cine boliviano para películas bolivianas, eso hace quince años era imposible. Películas como Zona Sur que ha sido muy exitosa en La Paz, El Ascensor, En Busca del Paraíso,  que ha sido muy criticada pero no importa, en Santa Cruz han  ganado harta gente.

Tú puedes ganar parte del mercado boliviano para los bolivianos. Una pequeña industria, semi industria pero una producción constante, lo cual es una oportunidad increíble que no se da en otros países. Tú tienes películas bolivianas de bajo costo que pueden competir con el mercado internacional.

Hay que mejorar muchas cosas, porque no nos preocupamos más bien por mejorar los mecanismos de promoción para las películas bolivianas. Una película boliviana compite contra una película global multinacional, que yo que voy a estrenar Día de Boda tengo que estrenar a lado de una película que se está promocionando desde hace un año como James Bond, que tiene avances en canales de cable desde hace mucho tiempo, que tiene video clips, una promoción fabulosa por internet,  hiper promocional. Pero aun así la hemos ganado,  deberíamos estar discutiendo qué se podría hacer por ejemplo que sea obligatorio para los canales de televisión, pasar pastillas, clips promocionales de películas bolivianas, mejorar cosas reales. Luego que las películas te gusten o no te gusten, hagan que el imaginario de los bolivianos tenga también parte de personajes bolivianos, que tengas  tus héroes, tus ídolos bolivianos, tus villanos  bolivianos, tus fantasías eróticas con mujeres bolivianas. Por ejemplo Rojo Amarillo Verde  que quiere ser novedosa y quiere experimentar en cierta medida, puede tener un éxito público, por lo menos mejor que muchos subproductos que vienen de Estados Unidos.
 

Tenemos la oportunidad de ganar una parte del mercado boliviano, tenemos que discutir los mecanismos,  tiene que ser un cine diverso, con un sólo tipo de cine no lo vas a hacer.

Sin embargo Tarija hace cine sin salas de cine, una paradoja del cine en Bolivia, pocos bolivianos vemos nuestras películas, ¿Qué  te parece?
En Tarija de manera tardía está ocurriendo lo que sucedía en otras ciudades de Bolivia; habían estos cines enormes, viejos, fríos que ya no eran funcionales, había ratones que pasaban mientras se veían las películas, y se fueron agotando. Y finalmente ocurrió lo que ocurrió con otros cines, que los fueron arrendando a los religiosos,  y nos hemos quedado un año sin cines. Pero ahora se están construyendo dos, uno privado que se abre en mayo con dos pequeñas multi salas , y otro una suerte de cinemateca municipal que también va a ayudar.
Historias de Vino y Alcohol ha sido una película que ha recaudado treinta por ciento menos que Día de Boda, igual ha sido una película que ha cubierto costos, con eso estoy chocho, eso me está permitiendo filmar una tercera película. A qué atribuyo eso, uno que no había cine en Tarija, y dos que mi campaña de Día de Boda ha sido más larga, unos tres meses antes, con historias un mes antes. Pero lo importante en este caso, por lo menos para los que estamos haciendo cine independiente es que recuperes el costo.

RODRIGO AYALA (Foto: M.Reyes) Gustavo Castellanos dice que quiere hacer de Tarija la capital del audiovisual boliviano, ¿Qué opinas al respecto?
Ojala se pudiera, no sé si es un poco ambicioso pero en Tarija se dan ciertas condiciones,  puedes tener ciertas facilidades, por ejemplo, en muy poco tiempo tienes diversidad de paisajes, en dos horas podríamos estar en un altiplano igual al de La Paz, y en otras dos horas podríamos estar en una selva subtropical, tienes el hecho de que las distancias y las comunicaciones son más accesibles. Tiene otras dificultades también, llegar en avión es más difícil que en otras ciudades, pero yo creo que si hay una adecuada política de fomento, no sé si logremos ser la capital del audiovisual boliviano pero sí  un centro de producción importante.

¿Cómo conviven el cineasta y el crítico en tu obra?
RA: Es normal, muchos directores de cine han empezado como críticos y siguen siendo críticos, yo sigo siendo crítico. Miras más completa la cosa tienes la percepción de la realización y mejora tu criterio en ciertas cosas. Por ejemplo, yo le doy mucha más importancia en la crítica a cosas que antes no le daba, porque ya sé cómo se hace, manejos de espacio, ciertos manejos plásticos. Pero lo importante es que tú hagas el cine que te guste,  yo como crítico siempre he criticado el cine que me gusta y como cineasta trato de hacer el cine que me gusta.  Si no es hacer cine para otros, para terceros,  si alguna vez hago una x cinta no va a ser para un festival va ha ser para mí en principio, después si me va bien en lo que sea estará bien.

 

 

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Acerca del autor

Escritora y periodista cultural. Licenciada en Literatura. Ha publicado el poemario “Fragmentos en el Aire” Ed. Gente Común. Relatos en las compilaciones “Algo por el Estilo” (Marcelo Villena, UMSA), “Memoria de lo que vendrá”,(Juan González, Nuevo Milenio), en “Más de cien escritores bolivianos” (Roberto Agreda Maldonado Ed. Kipus), en la Antología Primer Festival Internacional de Poesía José María Heredia, Toluca 2017 y la Antología XXII Enero en la Palabra. En medios como Los Tiempos, La Razón, El Diario, Opinión, Revista “Tu mundo”, Revista Municipal de Culturas “khana”, Revista de poesía “Alforja” y Cuadernos de Literatura “Pensamiento Decolonial y Literatura”. Como crítica de cine, ha publicado junto a Marcelo Reyes “Apuntes de Cine” Ed. 3600. Desde 2002 hasta la fecha es editora de la revista digital de arte y cultura, Palabras Más, de la que es cofundadora.

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