Luis Cortés Rosenblüth persigue en estos poemas y escritos acercarse a las discretas magias y miserias de lo cotidiano. Entre esas magias, ocupa un lugar central en sus textos la devoción a la naturaleza, en tanto clave de lo que nos permite sobrevivir con dignidad: piedras, árboles, pájaros, agua. De entre las miserias, en un registro algo misantrópico, el libro se detiene a ratos en las desdichas de la vida en sociedad (en el poema “Pan, para mitad del hambre” se sugiere, por ejemplo, la brutal productividad de la necesidad: “sólo el vomito del aire / morirse floreciendo”). En palabras de Juan Pablo Piñeiro, autor del prólogo, para Cortés lo “eterno habita en lo ordinario, y a la vez es el espacio sagrado desde donde nos es posible acompañar, por ejemplo, la travesía milagrosa de las aves que cruzan los continentes, el viaje en tren de un hombre anónimo o el secreto geológico de la creación. Lo eterno está en la repetición del mismo viaje y del mismo sueño, aquel en el que todos nosotros nos convertimos en cadáveres y nuestro planeta, en piedra”
Luis René Cortés Rosenblüth es tupiceño y geólogo. Este es su sexto libro de poemas. Plural editores publicó en 2006 su Pangea.
Líquido Propicio
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