Encomio a Rodrigo Bellott

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El suplemento Soy, del diario argentino Página 12, publicó el viernes pasado una entrevista a Rodrigo Bellott, que muestra el prestigio al cual ha llegado en el exterior este director de cine boliviano, a quien conocimos por Dependencia sexual y por ¿Quién mató a la llamita blanca? esta última la obra maestra de la Escuela de Cine La Fábrica. La presentación de la interviú dice: “Rodrigo Bellott, el primer director boliviano nominado a un Oscar, encuadra su cine más allá de las fronteras y también se dedica a hacer casting para otros directores como  Steven Soderbergh, autor de la saga del Che Guevara. Acaba de estrenar Perfidia, donde habla por primera vez sobre la identidad gay desde un punto de vista bastante atípico.”

El público, y peor aún, los críticos, se sienten cómodos cuando clasifican a los creadores, sin sospechar cuánto simplifican. Es el caso de Bellott, que se queja de que lo clasifiquen como director gay o director boliviano, cuando es un director de cine a secas, y no un director del montón, pues tiene una carrera promisoria en el exterior, aunque en algunos círculos bolivianos sea incomprendido. Acaba de estrenar Perfidia, que la escribió en Buenos Aires “luego de terminar una relación muy dolorosa.” Tiene “veintitantos planos secuencia, de un solo actor en una sola locación, sin diálogo. Un tipo que con pelo largo, barba larga, llega a un hotel en medio de la nada, en la nieve, en Nueva York, y empieza a raparse la cabeza, a rasurarse, y hace una serie de rituales como reinventándose en esta habitación una soledad muy grande. Es una película de cómo te levantas después de haber perdido el amor de tu vida”, resume Bellott. El entrevistador le dice que es una película-gay bastante atípica y Bellott reacciona: “Tengo un amor-odio con las películas gays, que empecé a ver mucho porque con Dependencia Sexual voy a festivales gays and lesbians. Y llegaba un momento en que me peleaba con directores, programadores y críticos porque hay una estética del cine gay que es el hombre-músculo y los estereotipos, no solamente de la construcción de la identidad gay sino también del hétero que se hace pasar por gay para conseguir a la mina. Y hay todo un tratamiento sobre el miedo a la soledad o el miedo al sida, el sida como castigo para el gay, todas esas mierdas. Con Perfidia quería hacer una película que hable sobre qué es sentir la soledad sin este miedo tradicional, que hable desde una homosexualidad que no es una cuestión sexual o física, es más una cuestión emocional o intelectual”.

Bellott vivió desde los 16 durante 12 años en Nueva York; tiene razones para no identificarse nacionalmente con nada y para bromear que es “cosmobolita”.

Estudió Artes Visuales en los Estados Unidos y un trabajo suyo titulado Destierro (Exile) resultó entre las cinco nominadas del año 2000 a la mejor película estudiantil. Es pues el primer boliviano nominado al Oscar. Con Dependencia sexual ganó el Premio Fipresci en el festival de Locarno, y Bolivia la nominó a los Goya y al Oscar. The New York Times y la revista Times la pusieron entre las mejores películas del año, y la compararon con el Gus Van Sant de Mala noche.

Anuncia el estreno de Perfidia en Bolivia. Iremos a verla con el mismo cariño y admiración por Rodrigo que testimoniamos en el estreno de sus dos películas anteriores.

Fuente: Los Tiempos.

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