La Cinemateca Boliviana, conjuntamente con la Embajada de Francia en Bolivia y la Alianza Francesa, presentaron ayer mércoles 9 de julio en la sala 1 de la Cinemateca “Univerciné”, un nuevo sistema de distribución de películas con calidad cinematográfica a través del Internet.
Esta es un buena noticia par todos los cinéfilos paceños, en particular para los amantes del cine francés ya que por supuesto este sistema será una ventana abierta sobre todo hacia la cinematografía gala, aunque no solamente ya que el sistema permitirá también acceder a películas de otros países europeos.
Como señala Erik Rousseau, agregado cultural de la embajada de Francia, "Univerciné" permite “bajar” películas por Internet para proyectarlas en una sala de cine y con derechos de exhibición de treinta días.
En esta ocasión, y como una muestra de lo que permite el sistema, tuvimos la oportunidad de disfrutar del film La petite Lili del director Claude Miller, y francamente no hemos notado en términos de calidad de imagen una diferencia notoria respecto a una proyección de 35mm en celuloide.
La petite Lili, película que como confirma Erik Rousseau transmite mucho de la personalidad y sensibilidad francesa, es una reflexión sobre el cine, pero además y sobre todo es una reflexión sobre el ser, sobre la búsqueda de la identidad y la dificultad de vivir que enfrenta, según Rousseau, la sociedad francesa actual.
Como lo apunta el agregado cultural, la película esta basada libremente en La gaviota(1886) del ruso Anton Chejov, y por tanto hereda la atmósfera “Chejoviana” que entre otras cosas incluye esta reflexión sobre la función creadora, la representación de lo real en el la obra, y las diversas maneras de encarar aquello en una puesta en escena. En La petite Lili este tema se introduce, al igual que en La gaviota por el conflicto generacional entre un joven aspirante a director de cine, autodidacta, sensible y vanguardista, y su madre actriz consagrada y cómoda con el éxito de sus trabajos comerciales. Son también parte de este imaginario personajes ambiguos, ni “héroes” ni “villanos”, que en medio de una monotonía de lo cotidiano caminan hacia su destrucción.
En La gaviota el personaje central, el joven director, se suicida luego de sufrir una decepción sentimental, en la película de Miller tenemos un final diferente, abierto y con múltiples sentidos. Erik Rouseau está en lo cierto cuando nos recuerda que, tanto para Chejov como para Miller, lo más importante no esta en lo que la película dice, sino más bien en lo que calla.