Una película de los Países Bajos que debería ver es Ober (Camarero), del director Alex van Warmerdam. Este film ficcionaliza el proceso de construcción de un guión. Se comparte con el público y se ponen al descubierto las manipulaciones de la escritura que repercuten en el mundo sensible de los personajes. Podrá ver con humor cómo los personajes interactúan con el guionista.
Con un asomo de atmósfera Kafkiana, la puerta del restaurante Het Western se abre a las idas y venidas, a las confrontaciones de un camarero con dos amantes perversas, empresarios despóticos y vecinos mafiosos que constantemente quiebran su voluntad. Colmada de órdenes y forcejeos, platos y copas que se rompen en un mantel que se incendia, la película explora perversamente los juegos de poder a los que se entregan los personajes de ficción.
De esta forma el personaje ficticio es sometido a las apetencias de un guionista y su novia. Si el guionista esta fastidiado con las demandas del camarero que quiere que se le reescriba la vida, la novia intenta salvarlo interfiriendo en la escritura del guión. Una y otra vez pasamos de la comodidad del escritor que entorpece con obstáculos la necesidad dramática de su personaje, a la triste autonomía del personaje que termina siendo arrollado por un camión.
En Ober vemos el creciente martirio del personaje forzado a servir a los demás, a cumplir un papel que no desea, a comer lo que no le gusta y a decir lo que no quiere. Se plantea el conflicto de la libertad, el degradado deseo de trascender a roles impuestos para tomar el control de la vida que desemboca en lo absurdo. También notamos la frágil línea que separa la realidad de la ficción y como el mundo inventado tiene la misma consistencia que el que nos rodea.
Una puerta será el elemento de transición de una escena a otra, de la realidad del guión donde habita el camarero y los seres que lo rodean, a la realidad de la vida del escritor. El guión también integra elementos de la novela y el teatro, tal vez recuerde a Pirandelo con la protesta de sus Seis personajes en busca de Autor o la obra Niebla de Unamuno con su personaje Augusto Pérez. Si en Ober el personaje no logra superar al escritor, en Niebla Augusto se rebela verdaderamente contra el autor, aún después de muerto su fantasma sigue atormentando en pesadillas al escritor.
Ober no pretende ser una película profunda, deja una sensación experimental y no muy acabada. Tomada como un tramo en el camino, un final abrupto acaba inesperadamente con el propio guionista, mostrándonos la naturaleza también ficticia de este protagonista. La mejor escena es un respiro lleno de comicidad: el camarero necesita desesperadamente un arma para defenderse y cae en la tienda de una anciana con el aspecto de un hombre que envuelve para él un arco y una flecha. Esta escena larga y silenciosa esta llena de vida y confiere un toque absurdo a la estética del film, donde los personajes revolotean sin sentido como pajarillos atrapados en una jaula.