Recordando a Beckett
Hoy concluye el ciclo Beckett en cine, actividad organizada por la Fundación Cinemateca Boliviana que incluyó además dos puestas en escena y un conversatorio.
Texto Ada Zapata – Palabras Más
Lo que llama la atención del teatro Beckett es la ternura que proyectan los personajes en espacios hieráticos, donde la obra los ha confinado sin poder escapar, pues más allá en uno o en otro sentido sólo existe el temible vacío. A falta de acción la palabra se levanta y el lenguaje se burla de sí mismo, la palabra se mueve jugando con la velocidad, apropiándose de la oquedad de los personajes y regodeándose en el absurdo.
La morosidad del estilo Beckett es impresionante, demuestra que no es necesario hacer algo, salvo esperar en un escenario para descubrir el transcurso abrumador del tiempo, la pesadez de la espera que alguna vez fue esperanza, y dar majestuosidad al vacío, a modo de silencioso espejo para descubrir el deseo de vivir, mientras el cuerpo y la memoria se deterioran en parálisis. El sadomasoquismo de este teatro esta impregnado de humor, una tristeza mezclada de fingida alegría mientras el ser se transforma en fugacidad: “uno empieza a reír cuando el otro empieza a llorar”.
Sartre decía que el infierno son los otros, probablemente Beckett diría que mas allá del amor por el otro queda el horror de estar solo y que esta necesidad es suficiente para seguir viviendo. El teatro del absurdo en Beckett es existencialista, matarse o seguir viviendo es la interrogante que prevalece hasta reconocer como acto final la imposibilidad del suicidio. Cuestiona la unidad del ser en la rugosidad del olvido, olvidamos verdaderamente lo que pasó ayer, arrastrando lo amorfo de nuestra identidad. Estas son las señas del autor que se complace con la mirada, instrumentalizada en cine, como un ojo que mira la palabra y disfruta los ángulos y los gestos de sus personajes, que no alcanzan a verlo en las alturas o en las afueras donde él los mira con la rigidez del texto, experimentando con sus pobres acciones.
Diego Aramburo destacó con la escenografía en la presentación de Días Felices, y también Sergio Ramirez con una pequeña aproximación a la poética de esta particular forma de teatro en Montando a Beckett . Finalmente el coloquio contó con la participación de Marcos Loayza, Viki Ayllon, Eduardo Calla y Keith Richards. Entre los films presentados recomendamos el clásico Esperando A Godot, Acto sin palabras, Comedia, la Ultima cinta de Krapp, y Aliento.