Exposición Papa Madre en el MUSEF

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Jean-Louis Gonterre es un fotógrafo francés que colabora con la Iniciativa Papa Andina del CIP para expresar en imágenes el papel de la papa nativa y las personas detrás de toda la cadena productiva. Por esta razón visitó Bolivia, Ecuador y Perú en varias ocasiones, para hacer reportajes fotográficos con los actores de la cadena de la papa, en coordinación con los socios locales de Papa Andina, trabajo que ha resultado en una exhibición especial para celebrar el Año Internacional de la Papa 2008. Desde hace muchos años, Jean-Louis se enamoró de las papas y las convirtió en sus musas. En Papa Andina lo hemos bautizamos como el primer “papágrafo” del mundo. A Jean-Louis Gonterre le gustó tanto el título que dijo que lo pondría en su tarjeta de presentación.

¿Por qué tomar fotos a la papa?

Jean-Louis Gonterre cuenta que no fue él quien eligió a la papa, sino que fue ella quien lo eligió a él para dejar la oscuridad del suelo y mostrarse luminosa como es, al mundo. Él descubre que las papas son mucho más que un alimento, son verdaderas esculturas naturales que sorprenden por sus variaciones de textura, forma y color. Así, la más humilde y la muchas veces relegada papa, se convierte en la modelo estrella de Jean-Louis Gonterre, quien nos asombra con el gran tesoro que vive enterrado en los Andes. Verónica Valcárcel Oficial de Información de Papa Andina (CIP)

QUÉ ES EL AÑO INTERNACIONAL DE LA PAPA 2008

Por la importancia de la papa en los países de origen y a nivel mundial, mediante una resolución, la Asamblea General de la ONU declaró el 2008 como el “Año Internacional de la Papa” (AIP). Esta resolución señala que la papa es un alimento básico en la alimentación mundial y que desempeña un rol fundamental en la reducción del hambre y la pobreza, que son parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Por todo lo mencionado, en Bolivia la Fundación PROINPA y COSUDE, junto a instituciones bolivianas trabajan para conmemorar el “Año Internacional de la Papa”.

HISTORIA DE LA PAPA

La papa tiene más de 8000 años de antigüedad y apareció por primera vez en Los Andes del altiplano boliviano y peruano.

Gracias a este tubérculo, muchas culturas desde la Tiwanacota hasta el Imperio Incaico alcanzaron la prosperidad. Para ellas, la agricultura y la papa, eran la base que alimentaba a su población.

La papa tenía y tiene tantas cualidades y beneficios, que llegó a diferentes pueblos y regiones más allá de la Cordillera Andina, así como a Europa y al resto del mundo.

Actualmente la papa es uno de los cuatro alimentos más importantes del mundo, junto con el arroz, el maíz y el trigo. En Los Andes de Bolivia, es el principal alimento de la población, cada habitante de la ciudad consume hasta 60 kg. de papa al año y en el campo cada habitante consume hasta 120 kg de papa al año.

La papa puede proveer más del 60% de calorías que necesita una persona diariamente, una sola papa mediana contiene abundante vitamina C (la mitad de la cantidad que necesita una persona cada día) y una quinta parte del potasio recomendado.
Este tubérculo es fundamental en la economía de más de 200 mil familias bolivianas que viven de este cultivo y producen aproximadamente 652 mil toneladas al año. Y es un alimento vital en la canasta familiar de casi todos los bolivianos.

Sin embargo la papa no sólo es importante en términos alimentarios y económicos, sino sobre todo, porque es parte de la cultura del poblador andino, es parte de las cultura de todos los bolivianos, de sus conocimientos, tradiciones; así como de sus expresiones sociales y religiosas.

VARIEDADES DE PAPA EN BOLIVIA

Existen muchos tipos de papa: las cultivadas (que se comen) y las silvestres (que viven como grupos de plantas). Las papas silvestres están distribuidas desde el Sur de Estados Unidos hasta el Sur de Chile. Las cultivadas sólo se encuentran en la franja Andina de América del Sur. La mayor diversidad de papas silvestres y cultivadas está en la zona Andina de Perú y Bolivia, que son su centro de origen y domesticación.

En Bolivia existen más de 1.000 variedades diferentes de papa nativa cultivada, con diferentes nombres, colores de piel, colores de pulpa, sabores, formas, texturas y usos; así como diferentes rendimientos, producción, contenido de agua, tolerancias y susceptibilidades a enfermedades y plagas. Esta valiosísima diversidad genética, en el futuro podría ser, igual que hoy, la fuente que pueda coadyuvar a la erradicación del hambre en el mundo.

Toda esta variabilidad de papas nativas se cultiva en diversas regiones de La Paz, Cochabamba, Potosí, Chuquisaca, Oruro, Tarija y Santa Cruz, que tienen grandes diferencias en altitud, clima, suelos y fisiografía.

Por ello existen variedades que se producen exclusivamente en regiones frías y muy altas (sobre los 3700 msnm), como las Lukis y Choquepitus que son variedades amargas. También existen variedades que se cultivan en zonas altas (entre 2800 a 3000 msnm) como las Ajanhuiris, Qoyllus, Palas, Imillas y Katis y aquellas que se producen en climas templados (debajo de los 2800 msnm) y tienen una mayor gama de adaptación como las Runas.

Sin embargo, la papa es atacada por muchos factores ambientales que disminuyen su producción. Al mismo tiempo, la población consume cada vez menos cantidades y variedades de papa o la sustituye por otros productos como el arroz y el fideo, por ello también se producen cada vez menos variedades, por lo cual esta valiosa riqueza genética de papas nativas corre el riesgo de desaparecer. (Fuente: Alianza Francesa).

 

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